El izquierdista Luis Arce y el centrista Carlos Mesa, favoritos en las presidenciales de Bolivia, sufragaron este domingo y expresaron sus dudas sobre la suspensión a última hora del sistema de conteo rápido de votos, que demorará los resultados en medio de temores de una nueva convulsión social.
Por primera vez en dos décadas, el exmandatario socialista Evo Morales quedó excluido de la contienda, tras su renuncia en noviembre de 2019 en medio de una crisis desatada por denuncias de fraude en los comicios en que buscaba su cuarto mandato.
"Nos parece no muy atinada" la decisión del Tribunal Supremo Electoral de suspender a última hora el conteo rápido, porque "esto puede generar dudas" sobre los resultados, dijo Arce, exministro de Economía de Morales, tras votar en un colegio del centro de La Paz.
"No es lo ideal, pero entendemos que [el Tribunal] ha escogido el camino de garantizar la seguridad absoluta del voto y sobre todo del recuento oficial", señaló por su parte el expresidente Mesa (2003-2005), del partido Comunidad Ciudadana.
La noche del sábado el Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció la suspensión del sistema rápido de difusión de resultados preliminares. Justificó esta decisión por la falta de garantías de que los datos ofrecidos por este sistema coincidieran con el resultado final, más lento.
Los 7,3 millones de electores comenzaron a votar en la mañana, en una jornada que tranquila a pesar de las tensiones de la campaña, con las ciudades bajo resguardo militar y policial. Los centros electorales cerrarán a las 17H00 locales (21H00 GMT).
A mitad de jornada, la votación era lenta -con largas colas- por las medidas para contener el coronavirus, en un ambiente enrarecido por la polarización en un país que hace un año vivió violentos enfrentamientos en las calles después de una primera vuelta electoral.
"No sé la verdad qué va a pasar, tengo miedo que pase lo peor", dijo Virginia Luna, de 41 años, en un colegio de La Paz, adonde llegó muy temprano.
En este país con 41% de población indígena, la gente hizo filas, sentada y con distancia física desde la madrugada, en lugares como Huarina, un poblado a orillas del lago Titicaca, a 70 km de La Paz.
"El próximo presidente yo quisiera que sea un candidato que ayude al campo, a la gente pobre”, dijo allí a AFP Silverio Chirinos, agricultor de 69 años.
¿Fin de ciclo?
"Es el fin de un ciclo del gobierno de Evo Morales y de la crisis política. Se espera que se inicie un proceso para fortalecer las instituciones", dijo a AFP el politólogo Carlos Cordero, de la Universidad Católica Boliviana.
El país andino atraviesa a la par su crisis económica más profunda en casi 40 años, con una contracción prevista del PIB de 6,2% en 2020.
Los comicios pondrán fin al gobierno transitorio de la derechista Jeanine Áñez, que retiró su candidatura tras críticas a su gestión de la pandemia, con 8.500 muertos y 140.000 contagios.
El tono de la campaña, con amenazas del MAS a movilizarse ante un posible "fraude" y la difusión de noticias falsas, ha elevado los temores.
El sábado hubo largas filas de autos en gasolineras y los mercados estaban llenos. Algunos negocios tapiaron sus puertas para evitar saqueos.
"Es posible que haya una conmoción, pero dudo que sea de la misma magnitud" que la de 2019, dijo a AFP el antropólogo Guery Chuquimia, de la estatal Universidad Mayor de San Andrés.
"Respetar resultados"
Los temores se deben a que en los comicios de 2019, el conteo rápido de votos fue suspendido por más de 20 horas y al reanudarse Morales apareció con un salto que lo hacía ganador en primera vuelta. La misión electoral de la OEA afirmó que hubo manipulación.
Por tres semanas la oposición y simpatizantes del gobierno coparon las calles con violentos enfrentamientos, que dejaron 30 muertos. Morales perdió el apoyo de las fuerzas armadas y renunció.
Para garantizar la transparencia, fue depurado el TSE y llegaron misiones de observadores internacionales, que llamaron a la paz. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a "respetar los resultados".
Y Morales, inhabilitado para votar y para postularse al Senado, pidió también este domingo desde Argentina que "el resultado de las elecciones sea respetado por todos".
"Es muy importante que todas y todos los bolivianos y los partidos políticos esperemos con tranquilidad a que cada uno de los votos (...) sea tomado en cuenta", dijo Morales, quien ha prometido que retornará a Bolivia "al día siguiente" si Arce gana.
El exmandatario indígena tiene abiertas varias causas judiciales en Bolivia, desde fraude electoral hasta pederastia.
Este domingo también se renuevan las 166 curules del Congreso bicameral y los analistas prevén que el MAS perderá su mayoría en favor del partido de Mesa y de Creemos, del derechista Luis Fernando Camacho, líder de las protestas de 2019.