El ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2011), quien fue trasladado este viernes a la policía para prestar declaraciones por el fraude a Petrobras, aseguró que no debe nada a nadie y no teme a la justicia.
"Si querían escucharme solo tenían que llamarme que yo iba, porque no debo y no temo" a la justicia, dijo Lula en la sede del Instituto que lleva su nombre en Sao Paulo.
"Han prendido fuego en mí, la lucha continúa", agregó el ex mandatario. La policía registró a primera hora de la mañana el domicilio de Lula, la casa de uno de sus hijos y otras residencias cuya propiedad se atribuye a la familia, en el marco de la "Operación Lava Jato".
Según la policía, existen pruebas de que Lula se ha beneficiado de la trama de sobornos de Petrobras a través de refacciones que realizó en su casa de vacaciones. Además, existirían evidencias de que las campañas de su partido y sus gastos fueron costeados ilegalmente.