Científicos de la Universidad de Bar-Ilan y el Centro Médico de Galilea en Israel afirman haber encontrado pruebas convincentes de que el aumento de los niveles de vitamina D puede influir positivamente a pacientes de COVID-19 en la reducción del riesgo de enfermedad grave o muerte, según un estudio recientemente revisado por pares publicado en la revista de investigación PLOS One.

En concreto, los investigadores encontraron diferencias "sorprendentes" entre pacientes que tenían niveles suficientes de vitamina D antes de contraer la enfermedad con los que no los tenían: cerca de la mitad de las personas que tenían una deficiencia de vitamina D desarrollaron una enfermedad grave, en comparación con menos del 10 por ciento de las personas que tenían niveles suficientes de esta vitamina en la sangre.

"Nos pareció notable, y llamativo, ver la diferencia en las probabilidades de convertirse en un paciente grave cuando se carece de vitamina D en comparación con cuando no se carece de ella", dijo Amiel Dror, médico del Centro Médico Galileo e investigador de Bar Ilan, al Times of Israel.

Vitamina D, importante para una buena salud

La vitamina D es reconocida por su importancia para la salud de los huesos. Además, los niveles bajos de este suplemento se han asociado a una serie de enfermedades autoinmunes, cardiovasculares e infecciosas. Sin embargo, su papel en la protección contra la COVID-19 grave está menos establecido.

El estudio, que se basa en una investigación realizada con resultados procedentes de 253 personas ingresadas en el Centro Médico Galileo de Nahariya (Israel) entre el 7 de abril de 2020 y el 4 de febrero de 2021, es uno de los primeros en analizar los niveles de vitamina D antes de la infección. 

Según los investigadores, esta característica facilita una evaluación más precisa que durante la hospitalización, cuando los niveles pueden ser más bajos como consecuencia de la enfermedad viral.

Suplementos vitamínicos no son un sustituto de las vacunas

Los médicos subrayaron, no obstante, que estos resultados provienen de antes de que las vacunas estuvieran ampliamente disponibles. Además, hicieron hincapié en que los suplementos vitamínicos no eran un sustituto de las vacunas, sino una forma de evitar que los niveles de inmunidad disminuyeran.

Previamente, los investigadores ya habían publicado resultados preliminares que trazaba la carencia de vitamina D con un mayor riesgo de mortalidad y de desarrollar mayores complicaciones. Según de Times of Israel, en ese entonces, la comunidad científica reconoció la importancia de los resultados, aunque surgieron preguntas sobre si las condiciones de salud recientes de los pacientes podrían haber sesgado los resultados.

Para reducir el margen de error, el equipo de Dror profundizó en los datos, examinando los niveles de vitamina D de cada uno de sus pacientes durante el período de dos años anterior a la infección por coronavirus

En sus resultados, comprobaron, según los investigadores, que la fuerte correlación entre los niveles de vitamina D suficientes y la capacidad de combatir el coronavirus seguía siendo válida, y el nivel de aumento del peligro en sus resultados preliminares seguía siendo casi idéntico.

"Este estudio contribuye a un conjunto de pruebas en continua evolución que sugieren que los antecedentes de deficiencia de vitamina D en un paciente son un factor de riesgo predictivo asociado a una peor evolución clínica de la enfermedad por COVID-19 y a la mortalidad", afirmo en un comunicado  el coautor del estudio, el profesor Michael Edelstein, de la Facultad de Medicina Azrieli de la Universidad de Bar-Ilan. 

"Todavía no está claro por qué ciertos individuos sufren las graves consecuencias de la infección por COVID-19 mientras que otros no. Nuestro hallazgo añade una nueva dimensión para resolver este rompecabezas", agregó.

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