La segunda cumbre entre el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, empieza a tomar forma.
Este lunes, el Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó que el enviado especial para Corea del Norte, Stephen Biegun, viajará este miércoles 5 de febrero a Pyonyang para preparar la reunión.
En la capital de Corea del Norte, Biegun se encontrará con su homólogo, Kim Hyok-chol, con el fin de "avanzar en el progreso de los compromisos que Trump y Kim pactaron en Singapur: completar la desnuclearización, transformar las relaciones entre EE.UU. y Corea del Norte y construir una paz duradera en la península de Corea", dice el comunicado divulgado por Washington.
La semana pasada, Biegun dijo que su objetivo sería trazar "una serie de resultados concretos" de cara a esa cumbre, que previsiblemente tendrá lugar a fines de febrero en Vietnam. El enviado especial estadounidense también aseguró que quería "una hoja de ruta de las negociaciones y un acuerdo sobre qué se busca con estos esfuerzos compartidos".
Negativo informe de la ONU
Biegun viajará a Pyonyang desde Seúl, donde el domingo inició un viaje de tres días a Corea del Sur. El diálogo entre Estados Unidos y Corea del Norte está estancado desde la primera cumbre celebrada el pasado junio en Singapur, en la que Kim y Trump acordaron trabajar para la desnuclearización de Corea del Norte a cambio de que Washington garantice la supervivencia del régimen que controla ese país.
En tanto, Naciones Unidas emitió este lunes un reporte dirigido a los 15 miembros del comité de sanciones del Consejo de Seguridad donde asegura que las capacidades nucleares de Corea del Norte, así como su programa de misiles, permanecen intactas, al tiempo que acusa al régimen de Kim de asegurarse de que las instalaciones no sean destruidas en un eventual ataque militar.
Se ha encontrado "evidencia de una tendencia consistente por parte de Corea del Norte de dispersar sus locaciones de pruebas, zonas de montaje y almacenamiento” de armas, lo que desmentiría la confianza de Donald Trump, que dice haber logrado "enormes avances” en su lucha diplomática para desnuclearizar a Corea del Norte.