Políticos alemanes se muestran conmocionados por los atentados en Bruselas y ofrecen sus condolencias al pueblo belga, al tiempo que critican a sus agencias de seguridad. "Es terrible lo que que pasado, y nos afecta a todos, porque es un golpe a la capital de Europa", dijo −desde la lejana Pekín− el presidente alemán Joachim Gauck, que se haya de visita oficial en China.
Gauck ofreció las condolencias de los alemanes a la nación belga. En Berlín, la canciller Angela Merkel dijo sentirse "muy cerca" de sus vecinos y amigos belgas en este momento. El desconcierto sembrado por los ataques es ahora tan grande como la firme decisión de vencer al terrorismo, agregó: "Los autores son enemigos de todos los valores que Europa defiende", destacó Merkel y prometió que Alemania cooperará con Bélgica en todas las formas posible, para encontrar y castigar a los autores.
Su gabinete discutirá este miércoles (22.03.2016) las posibles consecuencias de estos ataques para Alemania, anunció la canciller. Tras los atentados de este martes en Bruselas, Alemania reforzó de inmediato las medidas de seguridad en los aeropuertos y estaciones ferroviarias. Redobló el control en las fronteras con Bélgica, Francia y Luxemburgo. Y los ferrocarriles alemanes paralizaron sus viajes de larga distancia con destino a Bruselas.
El Ministerio de Exteriores recomendó la mayor cautela posible a los viajeros. Pero, en Berlín, los edificios de Gobierno continuaron abiertos al público. No amilanarse ante el terror Políticos de todos los partidos se mostraron conmocionados en la capital germana.
El ministro de Interior, el cristianodemócrata Thomas de Maizière, ordenó bajar las banderas a media asta en los edificios federales. Estos atentados muestran, según de Maizière, que la lucha contra el terrorismo internacional aún será larga. "Medidas ejecutivas exitosas, como las detenciones, suelen conducir a que los terroristas usen aún más violencia y, como reacción, concreten nuevos atentandos. Pero no podemos amilanarnos", dijo en referencia a la reciente detención en Bruselas del presunto terrorista Salah Abdeslam.
El ministro de Interior del Estado de Renania del Norte Wetfalia, el socialdemócrata Ralf Jäger, criticó a las agencias de seguridad de la vecina Bélgica. El salafismo ha crecido desde hace años en el barrio de Molenbeek, en la capital belga, "y probablemente habría que haber intervenido antes", consideró. Da mucho que pensar el hecho de que las autoridades belgas no hayan percibido los preparativos de estos atacantes, declaró Jäger al diario local Kölner Stadt-Anzeiger.
El ambiente islamista pareciera estar escapándoseles de las manos a los vecinos belgas, advirtió.
La ira de Dios y de toda la Humanidad
El presidente de la católica Conferencia Episcopal Alemana, cardenal Reinhard Marx, anunció misas por las víctimas y sus familiares para la próxima Semana Santa. Mientras, el presidente del Consejo Central de los Musulmanes en Alemania, Aiman Mazyek, calificó a los atacantes de "criminales y asesinos en masa", que tendrán que enfrentar "la ira de Dios y de toda la Humanidad".
Alemania prevé ya reforzar sus medidas de seguridad para el próximo fin de semana de Pascua, en el que habrá mayor movimiento de personas, así como para otros grandes eventos como el partido de las selecciones nacionales de fútbol de Alemania e Inglaterra, previsto para el próximo domingo.
Alemania en el blanco
Hasta ahora, Alemania no ha sufrido atentados de grandes dimensiones. Diversos intentos han fallado, pero solo porque las bombas empleadas no estallaron. La última vez, en diciembre de 2012, salafistas intentaron detonar un explosivo en la estación central de la antigua capital federal, Bonn.
El único atentado islamista concretado hasta ahora en el país tuvo lugar en marzo de 2011, cuando el kosovar Arid Uka tiroteó a dos soldados británicos en el aeropuerto de Fráncfort. Según el diario de masas Bild, un informe secreto del ministerio del Interior confirmaría que Alemania es un "objetivo declarado de la violencia yihadista".
Concretamente, el informe advertiría de la posibilidad de que ocurran ataques como los de París o Bruselas, "múltiples", contra "diversas categorías de objetivos", y con ayuda de "armas de fuego y explosivos". Como sea, el ambiente islamista violento ha crecido en los últimos tiempos en el país. Los servicios de inteligencia advierten de la presencia de unos 8.000 salafistas en Alemania, más del doble que en 2011. Cientos de ellos han participado en la guerra siria y han vuelto luego a suelo alemán.