Un Mercedes-Benz 500SL, fabricado en 1991, apareció enterrado en el jardín de una casa de Atherton, en California, Estados Unidos, 30 años después de que fuera denunciado como robado, en 1992.
Denunciar un robo falso de un auto es algo habitual en distintas partes del mundo. Básicamente consiste en esconder el vehículo, hacer la denuncia y presentar todos los documentos en la aseguradora para cobrar el dinero correspondiente. Eso es lo que habría ocurrido en este caso, según las primeras conclusiones de la Policía.
Los antecedentes señalaban que su dueño, el ex propietario de la casa donde lo encontraron, quien falleció en 2015, lo había podido disfrutar apenas un año antes de que se lo llevaran los delincuentes.
Los nuevos dueños de la casa del ex titular del Mercedes-Benz comenzaron trabajos de remodelación en el jardín y cuando empezaron a cavar se llevaron una sorpresa: se encontraron con un objeto que les llamó la atención y alertaron a las autoridades.
La Policía de Atherton continuó con la excavación y dio con el auto enterrado a 1,5 metros. Estaba lleno de bolsas de cemento en su interior.
“El motivo y las circunstancias que rodearon este incidente están bajo investigación”, expuso la Policía en un comunicado.
“Puede ser un caso de fraude, tal vez un juego sucio. Podría ser un excéntrico que pensó que sería divertido enterrar un auto en el suelo”, añadió a la NBC el fiscal del distrito del condado de San Mateo, Steve Wagstaffe.
El mismo medio estadounidense expuso que el Mercedes pertenecía a John Lew, un hombre muy conocido por la Policía, quien ya había sido detenido decenas de veces por distintos fraudes. Incluso dos veces fue condenado por asesinato, aunque la primera condena terminó anulada.
Lew pagó 50 mil dólares en 1999 por hundir un yate avaluado en 1,2 millones de dólares cerca del puente Golden Gate. Un año más tarde –en 2000– fue condenado por fraude al seguro.