El 4 de diciembre, Italia votará su mayor reforma constitucional desde 1948. Un nuevo referendo en Europa en un momento en que, tras el inesperado triunfo del Brexit en Reino Unido, la palabra "referendo" es, para algunos en ese continente, sinónimo de "preocupaciones".
A diferencia del Brexit, el motivo por el cual los italianos están llamados a las urnas es una reforma que implica fundamentalmente cambios internos en la organización política del país.
Sin embargo, los resultados de la votación en Italia se miran con atención desde el resto del continente.
De aprobarse la propuesta, 46 de los 138 artículos de la constitución italiana serán cambiados. Una transformación con importantes consecuencias.
Hasta la fecha, Italia funciona con lo que los expertos denominan un "bicameralismo perfecto", es decir, Senado y Congreso tienen prácticamente los mismos poderes.
La reforma pretende -entre otros elementos- modificar drásticamente el papel del Senado: limitar sus competencias, reducir el número de senadores a 100 (de 315) y convertir esta institución en una cámara de representación territorial cuyos miembros no serán elegidos por sufragio directo, sino a través de los representantes municipales y regionales.
La propuesta también prevé un aumento de competencias del gobierno centralfrente a los gobiernos regionales.
Además, estos cambios constitucionales están vinculados a la nueva ley electoral que entró en vigor en julio, que otorga una prima de 340 escaños en la cámara de diputados, casi el 55%, al partido más votado.
El gobierno y los partidarios de la reforma argumentan que esta iniciativa pretende reducir costes, agilizar el proceso legislativo y aumentar la estabilidad política en Italia, un país que desde la II Guerra Mundial ha tenido 63 gobiernos.
"La reforma mejora la actividad legisladora y simplifica los procesos. Otra parte importante son los cambios en la relación entre el gobierno central y los gobiernos locales. En estos momentos existe una zona gris enorme en la que las competencias se solapan (…). La reforma pretende cambiar de forma significativa esa situación", le dice a BBC Mundo Lorenzo Codogno, ex economista jefe del Tesoro Italiano y director de la consultora LC Macro Advisers.
Los detractores de la propuesta, en cambio, cuestionan la falta de consenso político y social para abordar una reforma de este calado y critican el aumento de los poderes del gobierno y lo que consideran una reducción del poder de representación de los electores, especialmente en el Senado.
"Lo que tenemos en Italia, y en otros países, no es tanto una crisis de gobernabilidad sino una crisis de representatividad", apunta Fabio Marcelli, de la Asociación de Juristas Demócratas de Italia.
"Bajo mi punto de vista, un proyecto de este tipo agrava la falta de representatividad porque aumenta la distancia entre las instituciones y los ciudadanos. Se produce un empeoramiento de la calidad democrática", agrega en diálogo con BBC Mundo.
Riesgo de inestabilidad
Quienes desde Europa miran con preocupación una hipotética victoria del "no" en el referendo, señalan el riesgo de que ese resultado desencadene un periodo de inestabilidad política en la tercera mayor economía de la zona euro en un momento delicado para la Unión Europea.
Renzi -a diferencia de David Cameron en Reino Unido- no convocó el referendo de forma voluntaria: tras no haber recibido un apoyo de al menos dos tercios en el Parlamento, el voto popular se hizo obligatorio para tratar de llevar adelante la reforma constitucional.
Pero -al igual que Cameron- el jefe del gobierno italiano ligó su destino como primer ministro al resultado del referendo.
Y aunque una victoria del "no" parecía improbable cuando se planteó la votación, en estos momentos las encuestas muestran una diferencia muy estrecha entre las dos opciones.
"Para Renzi será prácticamente imposible seguir como si no hubiera pasado nada si gana el 'no'. Este referendo, en gran medida por responsabilidad del mismo Renzi, se ha cargado de una significación política que va más allá de la cuestión que se vota. Va a ser un juicio también de la gente en relación al gobierno de Renzi", comenta Marcelli.
Movimiento Cinco Estrellas
Algunos analistas llegaron a especular con la idea de que una victoria del "no" puede suponer un primer paso para la desintegración del euro.
"Si Matteo Renzi, el primer ministro italiano, pierde su referendo constitucional el 4 de diciembre, esperaría una secuencia de acontecimientos que plantearán dudas sobre la participación de Italia en la eurozona", escribió Wolfgang Münchau, editor del diario británico Financial Times, el 21 de noviembre.
Uno de los argumentos de fondo citados por Münchau es que el rechazo a la reforma constitucional puede ser rentabilizado en términos electorales por el Movimiento Cinco Estrellas, partidario del "no".
Este partido político, encabezado por el cómico Beppe Grillo y a menudo calificado de populista, ha defendido la celebración de un referendo sobre la salida de Italia del euro.
"Es cierto que existe un elemento de voto protesta en el referendo y es cierto que el Movimiento Cinco Estrellas es fuerte en las encuestas de opinión. Pero es importante subrayar que después del referendo no va a pasar nada. Será una gran oportunidad perdida para Italia, pero nada más. El gobierno seguramente se formará en cuestión de semanas, posiblemente una gran coalición, y el Movimiento Cinco Estrellas no tiene opciones de llegar al poder", apunta Codogno.
"Creo que las preocupaciones son un poco exageradas. Con una excepción: el sector bancario en Italia es bastante débil en estos momentos. Se están llevando a cabo una serie de ampliaciones de capital y de operaciones para limpiar las hojas de balances de los bancos. Si el resultado es negativo y no hay gobierno, estas operaciones podrían estar en riesgo. Pero el riesgo está por tanto, desde mi punto de vista, en el lado financiero más que político", agrega el profesor de la London School of Economics.
Desde una posición distinta, Fabio Marcelli también ve exagerados los análisis que dibujan un escenario de crisis política en caso de una victoria del "no".
"No creo que haya todos esos riesgos catastróficos que dicen. Me parece que son la expresión de las presiones que se quieren hacer al electorado", comenta.
"El tema fundamental en Italia hoy, como en otros lugares del mundo, no es reforzar los poderes del gobierno sino reforzar el poder de los ciudadanosmediante las instituciones de la democracia representativa y directa. Si se rechaza el intento de Renzi, se podrá abrir una discusión en positivo sobre este tipo de temas", concluye el jurista.
El mismo día en que Italia decidirá sobre su mayor reforma institucional en casi 70 años, Austria elegirá a su nuevo presidente entre un candidato de extrema derecha, Norbert Hofer, y el verde Alexander Van der Belle. En mayo será el turno de Francia y en septiembre de Alemania.
Después del Brexit, en los próximos meses, las urnas seguirán cambiando el paisaje político de Europa. La pregunta es cuánto y de qué manera.