La Royal Society, la institución científica más antigua del Reino Unido, se encuentra en el centro de una controversia tras recibir solicitudes de varios miembros para expulsar al empresario tecnológico Elon Musk de su hermandad.

Las preocupaciones han surgido debido a los comentarios que Musk ha hecho en redes sociales, que algunos consideran "incendiarios" y "potencialmente dañinos" para la reputación de dicha sociedad.

Musk, elegido miembro extranjero de la Royal Society en 2018 por su impacto en la industria espacial a través de su empresa SpaceX, ha sido criticado por sus publicaciones en la red social X (antes Twitter), que él mismo compró.

En particular se trata de comentarios respecto a los disturbios en el Reino Unido, donde afirmó que una "guerra civil es inevitable" y describió al país como un "estado policial".

Todo lo anterior generó una amplia condena pública, incluyendo críticas directas de Downing Street, según lo informó esta semana el diario británico The Guardian.

Además de sus comentarios sobre la situación en el Reino Unido, Musk compartió -y posteriormente eliminó- un informe falso que afirmaba que el líder laborista Keir Starmer consideraba enviar a la extrema derecha a "campos de detención de emergencia en las Malvinas".

Estas acciones han provocado que varios académicos de la Royal Society se cuestionen si Musk está desprestigiando a la institución con su comportamiento.

The Royal Society, el organismo del que podría despedirse Elon Musk

El código de conducta de la Royal Society establece claramente que la membresía es un "privilegio" que requiere la adhesión a normas de conducta específicas.

Entre estas normas se incluye la expectativa de que los miembros, al hablar o publicar declaraciones a título personal, mantengan la reputación de la sociedad y sean conscientes de que sus palabras pueden afectar a la institución.

En caso de incumplimiento de estas normas se contempla la posibilidad de sanciones, que pueden incluir desde la suspensión temporal hasta la expulsión definitiva.

La expulsión de un miembro sería un evento sumamente raro, ya que, según The Guardian, no ha ocurrido en más de 150 años. Sin embargo, la institución ha enfrentado otras controversias en el pasado, como la renuncia del profesor Michael Reiss en 2008 tras sus comentarios sobre la enseñanza del creacionismo en las escuelas.

En cualquier caso, un portavoz señaló que cualquier cuestión relacionada con miembros individuales se maneja con la máxima confidencialidad, respecto del caso de Elon Musk.

De materializarse la expulsión, Musk dejaría un precedente sin igual en la historia moderna, lo que subraya la seriedad con la que la institución aborda los problemas de conducta de sus miembros, independientemente de su estatura o contribuciones científicas.

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