AFP
El líder conservador español Mariano Rajoy, jefe de gobierno en funciones, salió reforzado este domingo de las elecciones regionales celebradas en Galicia y el País Vasco, que podrían desbloquear la parálisis política del país tras nueve meses sin ejecutivo.
El Partido Popular (PP) de Rajoy revalidó la mayoría absoluta en su tierra natal, Galicia (noroeste), y salvó los muebles en el País Vasco (norte), donde los socialistas sufrieron un duro retroceso que deja en la cuerda floja a su líder, Pedro Sánchez.
Con el 75% escrutado, el PP consigue 42 de 75 diputados, los socialistas se quedan con 14 (-4) empatados con la coalición de izquierda radical En Marea, aliado regional de Podemos, y el nacionalista BNG obtuvo 6.
En el País Vasco, con el 99% escrutado, el Partido Nacionalista Vasco (derecha) gana un diputado hasta 28 (también de 75). Lo siguen la izquierda independentista Bildu (18) y la izquierda radical Podemos (11), mientras que el PSOE pasa de 16 a 9 escaños, empatando con el PP.
Secretario general del PSOE desde 2014, Sánchez se opone radicalmente a facilitar a Rajoy la formación de un gobierno en minoría y terminar con la parálisis política del país, como le piden los conservadores y una parte de los líderes territoriales de su propia formación.
En las elecciones legislativas de diciembre de 2015, la emergencia de dos nuevas formaciones, Podemos (izquierda radical) y Ciudadanos (centroderecha), dejó un Congreso muy fragmentado donde son necesarias coaliciones para gobernar.
Pero desde entonces, y a pesar de la repetición electoral celebrada en junio, los partidos fueron incapaces de cerrar acuerdos de gobierno y el país está gestionado por un ejecutivo en funciones con poderes muy limitados.
El PP, ganador de ambos comicios pero lejos de la mayoría absoluta, espera que aumente la presión sobre Sánchez para permitir una nueva legislatura de Rajoy.
Su formación obtuvo en junio 137 de los 350 escaños del Congreso y dispone del apoyo del partido centrista Ciudadanos (32 escaños), que se quedó fuera del parlamento tanto en Galicia como en el País Vasco, y de un diputado regionalista canario.
Con la abstención de los 85 diputados socialistas, podría gobernar en minoría.
Los partidos tienen hasta el 31 de octubre para investir un jefe de gobierno. En caso contrario, deberán disolverse las Cortes y convocar para diciembre las terceras elecciones legislativas en un año.