En Perú crece la incertidumbre este martes mientras avanza a cuentagotas el escrutinio del balotaje presidencial que lidera el candidato izquierdista Pedro Castillo, luego de que su rival derechista Keiko Fujimori denunciara "indicios de fraude", posibilidad descartada por expertos electorales.

El maestro de escuela rural aventaja el conteo oficial con el 50,2% de los votos sobre 49,7% de su adversaria, tras escrutarse el 95,25% de la elección del domingo, en una contienda que sigue con final abierto, según fuentes del órgano electoral.

La hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori denunció el lunes "irregularidades" e "indicios de fraude", luego de que su rival pasara a encabezar el escrutinio.

"Hay una clara intención de boicotear la voluntad popular", aseguró Fujimori, que mostró un par de videos y un par de fotos para avalar su denuncia, entre éstas la de un acta de votación de una mesa rural en la que su adversario obtuvo 187 votos y ella ninguno.

La ventaja de Fujimori al inicio del escrutinio, que arrancó ganando ella con 52,9% contra 47,09% de su rival, se redujo el lunes a medida que avanzó el conteo de votos de las zonas rurales y selváticas, pero la lucha continúa este martes codo a codo.

El órgano electoral peruano (ONPE) niega la posibilidad de fraudes, así como también la presidenta de la Asociación Civil Transparencia, Adriana Urrutia, que indicó al diario El Comercio: "No hay ninguna evidencia que nos permita hablar de fraude electoral".

Mientras se alarga el suspenso, Castillo pidió en su cuenta en Twitter "estar atentos para defender la democracia que se expresa en cada uno de los votos, dentro y fuera de nuestro amado Perú. No podemos descansar", escribió.

"El arroz se coció" 

La esperanza de Fujimori está en los votos del exterior, donde se registraron un millón de los 25 millones de electores peruanos, que demoran en ser contabilizados.

"El voto del exterior puede variar la tendencia, pero ya empezó a cundir la desesperación en el lado de la Keiko", dijo a la AFP la politóloga peruana Jessica Smith.

"Las denuncias de fraude van a formar parte del show de un lado o del otro, pero si Keiko no empieza a remontar, el arroz ya se coció", agregó la académica de la Universidad Central de Chile.

El partido Perú Libre de Castillo pidió en un comunicado a la ONPE que "cuide la correcta protección de los datos de los votos, al procesarlos y publicarlos".

El balotaje parece lejos de ponerle fin a las convulsiones políticas del último quinquenio, que condujeron a Perú a tener cuatro presidentes desde 2018, tres de ellos en cinco días de noviembre de 2020.

Larga espera

La bolsa de Lima cerró el lunes con una caída de 7,82%, mientras el dólar se empinaba a un precio récord de 3,94 soles ante la incertidumbre, en medio de una crisis económica causada por la pandemia.

"La bolsa cae por la incertidumbre y porque puede ganar Castillo. En Chile también cayó la bolsa [cuando la izquierda ganó los comicios locales en abril], pero eso es pasajero", dijo a la AFP el analista Hugo Otero, exasesor del difunto expresidente Alan García.

"Estamos pasando por un momento de incertidumbre y expectativas, pero lo que espera el país es que se confirme que los resultados de la votación son aceptados por los candidatos", afirmó. 

La Misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) dijo, poco antes de la denuncia de Fujimori, que "el escrutinio de los votos se realizó de acuerdo a los procedimientos oficiales", avalando la labor de la ONPE.

Fujimori, 46 años, casada y con dos hijas, puede acabar siendo la primera presidenta de Perú, meta para la que ha trabajado 15 años desde que asumió la tarea de reconstruir casi desde las cenizas el movimiento político de derechista populista fundado por su padre en 1990.

Pero perder ante Castillo no solo le significaría su tercera derrota en un balotaje. Tendrá que ir a juicio con riesgo de terminar en la cárcel, porque la fiscalía la investiga por el caso de los aportes ilegales del gigante brasileño de la construcción Odebrecht, un escándalo que salpicó además a cuatro expresidentes peruanos. Ya estuvo 16 meses en prisión preventiva por esta causa.

De su lado, el maestro de Cajamarca (norte) de 51 años, que salió del anonimato hace cuatro años al liderar una huelga del magisterio, sería, de vencer, el primer mandatario peruano sin lazos con las élites política, económica y cultural. 

El nuevo presidente asumirá el poder el 28 de julio en un país que registra la mayor tasa de mortalidad del mundo por la pandemia, con más de 186.000 muertos entre 33 millones de habitantes.

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