El reciente fin de semana concluyeron las elecciones en Francia, que tenían como objetivo elegir a los 577 miembros de la Asamblea Nacional de la Quinta República Francesa, donde tanto los socialistas como los macronistas frenaron a la extrema derecha.
Finalmente, el sector encabezado por Marine Le Pen quedó en tercer lugar según escaños conseguidos.
Ahora el parlamento está dividido, dado que ninguna bancada obtuvo la mayoría requerida de 289 escaños. Ante ello, el mandatario francés tiene que encargar la conformación de un nuevo gobierno a una o más alianzas de partidos.
Si bien Nuevo Frente Popular, correspondiente a la extrema izquierda consiguió la mayor cantidad de votos, no fueron los suficientes para conformar gobierno.
Por ello, Emmanuel Macron, perteneciente a centro, intentará formar una alianza entre su grupo, que quedó en segundo lugar, con otros más pequeños para alcanzar el mínimo requerido.
Si esto no sucede, continuará el gobierno actual en sus funciones hasta que haya una nueva formación que se encargue del gobierno.
Vinculación entre la elección Europea y la de Francia
En junio, Macron convocó elecciones anticipadas tras su derrota frente a la extrema derecha en las elecciones del Parlamento Europeo. Si bien impidió el triunfo de Agrupación Nacional y aliados, su gobierno no fue apoyado en las votaciones.
Ante esto, para el presidente la dependencia de pactos con otras alianzas se agudiza más, incluso con algunos con los que en un escenario normal no se asociaría.
Y es que la polarización política, que consiste en la división de la opinión pública en dos extremos está llevando a las distintas bancadas a propuestas extremistas que buscan un cambio total en el sistema.