Los conservadores aparecen con 314 asientos al conocerse los primeros resultados extraoficiales de las elecciones británicas, lo que implica un fuerte traspié para las pretensiones de Theresa May, más allá de la eventual victoria.

El partido de la Primera Ministra aventaja al Partido Laborista de su principal rival, Jeremy Corbyn, que obtiene 266, pero no le alcanza para cumplir con su objetivo de lograr la mayoría absoluta.

Es más, significa un fuerte retroceso respecto del anterior plebiscito, cuando los conservadores alcanzaron 330 asientos, contra 229 de la oposición.

El objetivo de la actual jefa de gobierno en estos comicios es conseguir más del 50 por ciento de los asientos en el Parlamento, para lo que requiere de, al menos, 324 escaños, considerando que Irlanda no suele ocupar los cuatro que le corresponden.

Sin embargo, estos primeros sondeos a boca de urna plantean la opción de un "hung parliament" o un congreso sin mayoría absoluta, que no solo obliga a alcanzar acuerdos con los liberales para legislar, sino que, además, pone en jaque la continuidad de May al frente del gobierno, la que podría ser revisada durante el proceso de pactos.

Los últimos días estuvieron marcados por el acercamiento que mostraron los laboristas frente a los conservadores, que en algunos sondeos llegó a ser de un punto, una reducción significativa respecto de la amplia ventaja con que partió el oficialismo.

Las mesas de votación se cerraron a las 22 horas y se espera que los resultados definitivos se conozcan antes del mediodía de mañana.

Se esperaba que en la votación participaran casi 50 millones de personas.

Las elecciones británicas funcionan bajo el sistema parlamentario, en el que se eligen a los representantes de cada uno de los 650 distritos de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte para la Cámara de los Comunes, donde gana el que obtiene mayoría simple. El partido que consigue más legisladores, elige 

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