Las deficiencias de micronutrientes, conocidas como “hambre oculta”, son un problema de salud pública en América Latina y el Caribe, aseveró esta semana el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

En un evento que tiene lugar en Santo Domingo, cuya intención es promover la fortificación del arroz para ayudar a los países a alcanzar la meta de Hambre Cero para 2030, la agencia de la ONU citó, por ejemplo, que en la región hay 22,3 millones de niños en edad preescolar y 33 millones de mujeres en edad fértil que tienen anemia por falta de hierro.

Además, destacó las grandes deficiencias de zinc, yodo y vitamina B12, importantes en las etapas de desarrollo y crecimiento, y detalló que se estima que 51 millones de personas están en riesgo de tener una ingesta de zinc inadecuada.

La desnutrición crónica –retardo en el crecimiento—impacta la salud y el desarrollo del cerebro de más del 10% de los niños menores de 5 años en la región.

El director regional del PMA, Miguel Barreto, explicó que en ocasiones las personas comen lo que parece suficiente en cantidad, sin fijarse en la calidad de los alimentos que consumen.

“Por eso, paradójicamente nuestros países hoy enfrentan la doble carga: obesidad y sobrepeso que pueden coexistir con la deficiencia de micronutrientes”, dijo Barreto. 

En este contexto, señaló que la fortificación del arroz es una estrategia efectiva y de bajo costo para reducir las deficiencias de micronutrientes de grandes segmentos de la población y recordó que este alimento es la base de la dieta de 3.000 millones de personas en el mundo y de algunos países latinoamericanos y caribeños.

Barreto agregó que para tener éxito en el esfuerzo es fundamental que los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil den prioridad a la fortificación del arroz dentro de sus programas. 

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