El nuevo emperador de Japón, Naruhito, ascendió formalmente el miércoles al Trono del Crisantemo, en una solemne ceremonia realizada un día después de la abdicación de su padre, la primera en dos siglos.
Naruhito había sido oficialmente el emperador desde el primer minuto del día, pero este miércoles heredó los objetos sagrados que confieren legitimidad al monarca japonés.
La ocasión estuvo vedada a mujeres, incluyendo a la esposa de Naruhito, la emperatriz Masako.
La ceremonia tuvo lugar en el primer día de la nueva era imperial, la era Reiwa ("Bella armonía"), que se extenderá por todo el reinado de Naruhito.
En el Salón del Pino, en el Palacio Imperial japonés, Naruhito, de 59 años, fue presentado a los objetos sagrados que su padre Akihito dejó en la jornada anterior, incluyendo una espada y una joya, así como un sello real.
Naruhito tiene previsto realizar una aparición pública junto con su esposa Masako aún en la jornada, además de un mensaje al país, ya como el 126º emperador.
Solamente el 22 de octubre Naruhito y la emperatriz aparecerán vestidos con los elaborados ropajes tradicionales para una ceremonia en el Palacio, antes de un desfile por la capital.
El nuevo emperador recibirá el saludo de los primeros jefes de Estado extranjeros a fines del mes de mayo, incluyendo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Educado en Oxford, Naruhito tiene por delante la difícil tarea de continuar el legado de su padre y al mismo tiempo aproximar la corona japonesa de la población, sin renunciar a las centenarias tradiciones ligadas al Trono del Crisantemo.