AFP

El presidente ruso aterrizó el viernes en esta ciudad del norte de Alemania, donde hasta el sábado se reúnen los miembros del G20 (19 países más la Unión Europea), un foro internacional de las principales economías industrializadas y emergentes.

El mandatario estadounidense lo hizo el jueves, procedente de Polonia, donde en un esperado discurso reiteró su apoyo a la OTAN, e hizo críticas inusualmente duras contra Rusia.

"Instamos a Rusia a poner fin a sus actividades desestabilizadoras en Ucrania y en otros lugares", dijo Trump.

El esperadísimo encuentro Trump-Putin, pondrá sobre la mesa cuestiones como el conflicto en Ucrania o la guerra en Siria, en un contexto de desconfianza mutua.

"La segunda visita a Europa (de Trump) se puede resumir en una palabra: Putin", afirma Derek Chollet, del German Marshall Fund of the United States, que asegura que a ambos líderes no les gusta perder y "se sienten más cómodos en la intimidación". 

Según el Kremlin, la reunión será crucial para la seguridad y la estabilidad 

Todos las miradas estarán puestas también en los detalles, como el apretón de manos, que le han valido muchos titulares a Donald Trump desde su llegada a la Casa Blanca.

La reunión tendrá además un formato excepcionalmente reducido, en el que Trump irá solo acompañado del secretario de Estado Rex Tillerson y de un traductor, confirmó a la AFP una fuente de la Casa Blanca.

"A Putin le gustan las reuniones con poca gente. Esto significa que la Casa Blanca está dejando que el Kremlin imponga sus condiciones", lamentó el exembajador estadounidense en Rusia, Michael McFaul.

Interferencias rusas 

Más allá de las cuestiones geopolíticas, como la reticencia de Moscú a la extensión de la OTAN a sus puertas, las relaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin se complican también por las acusaciones de que Rusia interfirió en las presidenciales estadounidenses de 2016 y por las posibles conexiones rusas de sus allegados.

"Creo que pudo ser perfectamente Rusia (quién influyó en en las elecciones). Pienso que también pudo haber otros países", dijo Trump el jueves en Varsovia.

En la mesa también estará la cuestión norcoreana, agravada por el lanzamiento el martes por el régimen comunista de Pyongyang de un misil intercontinental capaz, según los expertos estadounidenses, de alcanzar Alaska.

El G20 en Hamburgo es uno de los más tensos de los último años por las posiciones de Trump, que le alejan de muchos de sus pares en cuestiones clave como el clima o el libre comercio.

"Naturalmente no vamos a esconder nuestras diferencias, al contrario, vamos a llamarlas por su nombre porque hay divergencias de opinión en algunas cuestiones esenciales", advirtió el jueves la canciller alemana Angel Merkel, anfitriona del encuentro.

El clima es uno de los grandes desacuerdos de mucho países con Washington, sobre todo desde que Trump decidió abandonar el histórico pacto de París contra el cambio climático porque lo considera nocivo para su economía. Tampoco gustan, sobre todo en Europa, sus posiciones proteccionistas.

En Hamburgo los líderes mundiales tendrán que lidiar además con un ambiente eléctrico.

Las calles de la ciudad están en gran parte bloqueadas por el despliegue de casi 20.000 policías venidos de toda Alemania como medida antiterrorista y para evitar la violencia de las cerca de 30 marchas convocadas hasta que termine la cumbre.

 

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