El primer vuelo tuvo como destino Faro (Portugal). El despegue del aparato fue aplaudido por medio centenar de trabajadores del aeropuerto y de varias aerolíneas, después de guardar un minuto de silencio en recuerdo a la tragedia.

De momento, los pasajeros solo podrán llegar al aeropuerto en taxi o en coche, y tendrán que someterse a fuertes controles de seguridad. Solo se permitirá el acceso al aeródromo a las personas que muestren su documento de identidad y tengan billete, mientras que los acompañantes solo podrán llegar al parking P2.

El consejero delegado de la compañía gestora, Arnaud Feist, explicó en rueda de prensa que el objetivo para esta primera semana es lograr una actividad del 20 por ciento con respecto al nivel normal, lo que supone un flujo de unos 800 pasajeros por hora, mientras que a largo plazo se espera recuperar la capacidad plena. Eso será hacia finales de junio o principios de julio.

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