Las autoridades de Kansas (centro de Estados Unidos), investigaban este lunes la muerte de un niño de 10 años en el tobogán de agua más alto del mundo, indicó el parque de Schlitterbahn, en el que se encuentra.

Caleb Schawb, hijo de un legislador estatal, murió el domingo en el "Verrückt" ('loco', en alemán), un tobogán acuático de 58 metros de altura.

"Lamentamos informar que un niño pequeño murió en el Verrückt", escribió el parque acuático de Kansas City en un comunicado el domingo, sin dar detalles de lo que le ocurrió al pequeño. Solo indicó que la atracción se cerró tras la tragedia.

Caleb Schawb. 

"Dado que la seguridad es nuestra principal prioridad, hemos cerrado el parque de Kansas City hoy [domingo] y el lunes y hemos cerrado la atracción a la espera de una investigación completa", añadió el Schlitterbahn, que expresó sus condolencias a la familia.

Testigos del accidente aseguraron a la cadena de televisión local KSHB-TV que habían visto al niño salir volando de la instalación, que se asemeja a una montaña rusa. También afirmaron haber visto sangre en el tobogán y sugirieron que los arneses de seguridad no funcionaron.

Según la web del parque, para subir a la atracción, que abrió en julio de 2014, hay que medir al menos 1,37 metros.

Los padres de Caleb confirmaron la muerte de su hijo el domingo. "Desde el día en que nació, [Caleb] llevó abundante alegría a la familia y a todos los que entraban en contacto con él", escribió la familia en un comunicado.

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