AFP
El gobierno de Estados Unidos está investigando una eventual cooperación de Rusia en el ataque químico perpetrado en Siria hace una semana, dijo este martes un funcionario de la Casa Blanca que solicitó el anonimato.
"¿Cómo es posible que sus fuerzas estuvieran acuarteladas junto con las fuerzas sirias que planearon, prepararon y realizaron este ataque con arma química en la misma instalación, y no tuvieran conocimiento previo?", se preguntó el funcionario.
"Pensamos que es una buena pregunta que se le debe formular a los rusos", añadió.
El funcionario añadió que las fuerzas sirias y los asesores militares rusos operan "en proximidad, inclusive a nivel operacional", pero admitió que por el momento "no hay un consenso de nuestra parte sobre la extensión o sobre cómo interpretar estas información que seguimos recibiendo".
De acuerdo con la fuente, las autoridades de Moscú iniciaron una campaña de desinformación diseñada para "confundir al mundo", atribuyendo la responsabilidad por el ataque al grupo radical Estado Islámico (EI) o las otras fuerzas que enfrentan al gobierno de Bashar al Asad.
Las declaraciones de este funcionario de la Casa Blanca se conocieron poco después de que el secretario de Estado, Rex Tillerson, aterrizara en Moscú para una visita de alto nivel en la que Siria seguramente tendrá un lugar destacado.
Tillerson tiene previsto para el miércoles un encuentro con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.
Este martes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que no podía confirmar si dentro de la agenda había una reunión del secretario de Estado con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Tillerson, un exdirector general de la gigante Exxon, conoce personalmente a Putin, al punto de que el presidente ruso le concedió la condecoración civil de la Orden de la Amistad. Tillerson fue director de la empresa ruso-estadounidense Exxon Neftegas entre 1998 y 2001.
Estados Unidos, Francia y Reino Unido presentaron este martes un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pidiendo una investigación sobre el ataque químico en Siria.
Al menos 87 personas, 31 de ellos niños, murieron la semana pasada en Jan Sheijun, en la provincia de Idlib (noroeste).
En represalia, Washington ordenó disparar 59 misiles de crucero Tomahawk desde buques de guerra en el Mediterráneo contra la base aérea siria de Shayrat, causando fuertes daños.
Hasta ahora, ninguna iniciativa diplomática ha conseguido establecer un alto el fuego duradero en un país donde ya han muerto más de 320.000 personas desde marzo de 2011 y millones han huido de sus casas.