Por AFP

EE.UU. "no firmará" el tratado de prohibición de armas atómicas apoyado por la organización que este viernes recibió el premio Nobel de la Paz, pero insistió en su compromiso para "crear las condiciones para un desarme nuclear".

"Ese tratado no hará al mundo más pacífico, ni logrará la destrucción de ningún arma nuclear, ni fortalecerá la seguridad de ningún estado", declaró a la AFP un portavoz del departamento de Estado.

El funcionario, asimismo, subrayando que el texto favorecido por la Campaña internacional por la abolición de las armas nucleares (ICAN) no es apoyado por ningún país poseedor de armas atómicas.

ICAN recibió el Nobel de la Paz tras una década de esfuerzos para prohibir la bomba atómica, en un contexto de tensión con Corea del Norte e Irán.

Setenta y dos años después de las bombas atómicas estadounidenses sobre Hiroshima y Nagasaki, el Comité del Nobel quiso resaltar los incansables esfuerzos de la ICAN para librar al mundo de las armas nucleares. Con ello, mandó también un mensaje a las potencias nucleares para que inicien "negociaciones serias" destinadas a eliminar su arsenal.

"Vivimos en un mundo donde el riesgo de que se utilicen las armas nucleares es más alto de lo que nunca fue" declaró la presidenta del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen.

"Algunos países modernizan sus arsenales nucleares, y es real el riesgo de que cada vez más países se procuren armas nucleares, como Corea del Norte" añadió.

Tras los premios científicos y de literatura, se esperaba que el Nobel recompensara este año los esfuerzos para eliminar las armas nucleares o impedir su proliferación. El número de candidatos al Nobel de la Paz fue de 318 en esta edición.

En su primera reacción al galardón, ICAN criticó directamente al presidente estadounidense Donald Trump ante los riesgos de un incidente nuclear en el mundo.

"La elección del presidente Donald Trump incomodó a mucha gente por el hecho de que pueda autorizar por sí solo el uso de las armas nucleares", declaró a los medios la directora de la ICAN, Beatrice Fihn, en Ginebra.

"Las armas nucleares no aportan la seguridad ni la estabilidad", como demuestra que la gente en Estados Unidos, Japón y Corea del Norte no se "sienta especialmente segura", añadió. 

"Este premio no va contra nadie" había subrayado Reiss-Andersen.

Un mundo sin armas nucleares'

La ICAN, que agrupa a centenares de oenegés, milita incansablemente desde hace casi 10 años por la supresión del armamento nuclear.

Impulsó un histórico tratado de prohibición de las armas nucleares que fue adoptado por 122 países en julio, aunque su alcance es sobre todo simbólico, dada la ausencia de las nueve potencias nucleares entre los firmantes. 

Este Nobel se otorga en momentos en que Donald Trump debe certificar ante el Congreso antes del 15 de octubre que Irán respeta los compromisos del histórico acuerdo de 2015. Este acuerdo impone estrictas restricciones al programa nuclear iraní a cambio de un levantamiento de las sanciones.

Según el Washington Post, Trump habría decidido no certificarlo, lo que allanaría el camino para la imposición de nuevas sanciones a Teherán.

El galardón a la ICAN es un recordatorio de que "hoy más que nunca necesitamos un mundo sin armas nucleares", escribió en Twitter el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.

Supervivientes de los bombardeos atómicos de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, al final de la Segunda Guerra Mundial, manifestaron también su alegría.

"Estoy feliz de que la ICAN, que como nosotros actúa para terminar con las armas nucleares, haya ganado el Premio Nobel de la Paz", declaró, citado por la cadena de televisión NHK, Sunao Tsuboi, de 92 años, que resultó gravemente quemado en la explosión de la bomba lanzada contra Hiroshima, tras la cual padeció un cáncer.

La que fue presidenta de la conferencia de la ONU que negoció el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, la embajadora costarricense ante la ONU en Ginebra, Elayne Whyte, también extendió sus felicitaciones a la ICAN.

Este Nobel debe suponer "una nueva etapa de gran impulso a las negociaciones para el desarme nuclear", manifestó.

La ICAN sucede en el palmarés al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, premiado en 2016 por sus esfuerzos para poner fin a más de medio siglo de conflicto en este país latinoamericano.

Fundada en 2007 en Viena, durante una conferencia internacional sobre el tratado de no proliferación nuclear, la ICAN tiene su sede en Ginebra, en las instalaciones del Consejo Ecuménico de las Iglesias, otra organización internacional.

Cuenta con 424 organizaciones no gubernamentales asociadas en 95 países y el apoyo de numerosas personalidades, entre ellas dos Premios Nobel de la Paz, el arzobispo sudafricano Desmond Tutu (1984) y la estadounidense Jody Williams, quien lo recibió en 1997 por la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona.

Aunque la cantidad de ojivas se ha reducido en 30 años -pasó de 64.000 en 1986 a poco más de 9.000 en 2017, según el Bulletin of the Atomic Scientists (BAS)-, el número de países que poseen el arma nuclear aumentó.

Hoy son nueve los que poseen tales armas de destrucción masiva: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel.

La ICAN recibirá el premio, que consiste en una medalla de oro, un diploma y un cheque de nueve millones de coronas suecas (1,1 millones de dólares, 945.000 euros) durante una ceremonia en Oslo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte en 1896 del creador de los premios, el filántropo sueco e inventor de la dinamita, Alfred Nobel. 

Publicidad