Un grupo ecologista trataba este sábado de salvar a una gran manada de ballenas que se quedaron varadas en unas aguas poco profundas frente a la Península de Coromandel, en Nueva Zelanda.
"Fueron avistadas unas 40 ballenas y desgraciadamente 25 se quedaron varadas", indicó el portavoz del grupo ecologista Project Jonah.
El director de Project Jonah, Darren Grover, explicó a los periodistas que estaban intentado mantener a las ballenas frías y en buena salud y que intentarían reflotarlas por la noche, con la marea alta.
Las ballenas piloto, que pueden llegar a tener más de seis metros de largo, suelen quedarse varadas y más de 376 de ellas murieron de ese modo en Australia el mes pasado.