AFP
Egipto inició este sábado tres días de duelo nacional en honor a las más de 300 personas que murieron la víspera en el atentado más sangriento de la historia reciente del país.
Horas después de la promesa del presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi de "vengar a los mártires", el ejercito llevó a cabo bombardeos aéreos en la zona del ataque, en la región oriental del Sinaí, donde las fuerzas de seguridad combaten a la rama egipcia del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El atentado no ha sido reivindicado, pero todo apunta a una operación yihadista. La matanza se produjo durante la oración del viernes en la mezquita Al Rauda de la localidad de Bir al Abed, al oeste de El Arish, la capital de la gobernación de Sinaí del Norte.
Los atacantes hicieron estallar una bomba antes de empezar a disparar con armas automáticas contra los fieles. Hubo 305 muertos, entre ellos 27 niños, según un nuevo balance divulgado este sábado por el fiscal general egipcio.
Fue uno de los atentados más sangrientos en todo el mundo desde los atentados de septiembre de 2001 en Estados Unidos y dejó a los egipcios en estado de conmoción.
Terrorismo en la casa de Dios
"Terrorismo en la casa de Dios" puede leerse este sábado en la prensa, que lleva crespones en señal de duelo.
Los familiares de las víctimas se reúnen frente al hospital de Ismailía, ciudad cercana del Canal de Suez (noreste), donde fueron conducidos los heridos, constató un fotógrafo de la AFP.
Los funerales de algunos de los fallecidos se conmemorarán este sábado.
El presidente Al Sisi exhortó a las fuerzas armadas a edificar un memorial por las víctimas, según la prensa estatal.
Las televisiones mostraban imágenes de los cuerpos que yacían en la mezquita, así como de las ambulancias y centros donde se socorría a los heridos.
El viernes los testigos indicaron que los atacantes colocaron vehículos todoterreno alrededor de la mezquitas y luego pusieron una bomba fuera del recinto. Dispararon entonces contra la multitud desesperada que intentaba huir y quemaron sus vehículos para bloquear los accesos a la mezquita.
Los hombres armados "entraron en la mezquita, eran entre 10 y 20 y mataron a más personas de las que hirieron", explicó a la AFP Magdy Rizk, herido en el ataque
"Llevaban máscaras y uniformes militares", añadió, precisando que las familias que vivían en esta zona de mayoría sufí ya habían recibido amenazas de grupos extremistas.
La mezquita al Rauda es frecuentada por adeptos del sufismo, una corriente mística del islam despreciada por el EI, que considera a los sufíes politeístas y herejes, el mayor pecado del islam.
El gran imán de Al Azhar, la principal institución del islam sunita, el jeque Ahmed el Tayeb, de obediencia sufí, condeno "con la mayor firmeza el bárbaro ataque terrorista". El papa Francisco se declaró por su parte "profundamente entristecido por las pérdidas humanas causadas por el ataque terrorista".
Desde 2013 y el derrocamiento del presidente islamista Mohamed Mursi, los grupos yihadistas, entre ellos el EI, atacan regularmente a las fuerzas de seguridad en el norte de la península del Sinaí, fronteriza con Israel y con la Franja de Gaza palestina.
En lo que va de año, sin embargo, los ataques contra militares han disminuido y los yihadistas han optado más por blancos civiles, entre ellos cristianos y adeptos al sufismo, así como beduinos acusados de colaborar con el ejército.
En octubre de 2015 el grupo Estado Islámico reivindicó un ataque con bomba en el que murieron los 224 ocupantes de un avión ruso que estalló tras despegar de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo en el sur de la península del Sinaí.