AFP

Estudiantes emigrados y sus familiares mexicanos se reunieron este domingo en la frontera entre México y Estados Unidos, para acariciarse a través de barrotes de acero de más de seis metros de altura, y aunque era un duro escenario, una pareja aprovechó para casarse.

"Mi mensaje es que sean fuertes, y pues que tengan esperanzas de que todo se va arreglar", comentó Janeth Márquez, una de las estudiantes que acudió al encuentro en el que participaron decenas de abuelos, hermanos, hijos que se volcaron entre llantos a las rejas.

Por su parte, Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos y organizador del evento, dijo que el desgarrador convivió "es el resultado de una campaña de odio por parte del gobierno de Estados Unidos donde miles luchan por estar con sus seres queridos".

Uno de los momentos más sensibles lo protagonizaron una estudiante 'dreamer' y su novio que vive en México. Ellos aprovecharon la ocasión para contraer matrimonio con una juez estadounidense.

"El llegar hasta este cerco y casarse en estas circunstancias y posteriormente separarse, genera una crisis (...) ellos son el resultados de la políticas migratorias de Estados Unidos", añadió García.

Dejando de lado que se trataba de una boda con leyes migratorias y barrotes de por medio, la juez les dijo a Miriam y Rogelio antes de casarse que "el amor y el compromiso es nunca sentirse demasiado viejos para unirse de las manos, es nunca dormir enojados, es perdonar y olvidad".

La pareja tuvo el desierto como escenografía, el sonido del tren como música de fondo y a los periodistas como únicos invitados.

"Te amo" se repitió una y otra vez la pareja, que se negó a perder sus preciados minutos juntos por dar detalles a la prensa sobre su historia formalizada este domingo en esta frontera, la cual separa a la mexicana Ciudad Juárez de Sunland Park, Nuevo Mexico, Estados Unidos. 

La convocatoria para 'dreamers' y sus familiares fue una "protesta de la separación de familias que existe en los Estados Unidos, México y algunos países de Latinoamérica", dijo a la AFP Irma Cruz, coordinadora regional de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos.

En 2012 se creó el decreto de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA del inglés) para otorgar un estatuto legal temporal a esos jóvenes, pero a partir del próximo 6 de marzo ese beneficio comenzará a eliminarse gradualmente.

Por ese motivo aumenta el clamor por una ley que otorgue residencia permanente a los 'dreamers', e incluso que les abra paso a la ciudadanía.

Organizaciones de derechos humanos calculan que sólo en Texas y Nuevo México estudian unos 10.000 'dramers', jóvenes soñadores que aspiran a tener un mejor nivel de vida que en los países de donde emigraron siendo niños.

Publicidad