Cambiar la reforma de salud de la administración anterior, conocida como Obamacare, es una de las grandes promesas de campaña de Donald Trump y acaba de presentarle al Congreso su proyecto de ley.  

Los dos cambios esenciales que presenta el texto que comenzará debatirse es que suprime la obligación universal de tomar un seguro y reduce la intervención del Estado.

Sin embargo, mantiene dos aspectos clave del sistema anterior, que permitió a 20 millones de estadounidenses tener un seguro de salud: que los menores y jóvenes puedan inscribirse dentro del seguro de sus padres hasta los 26 años y la prohibición de que las compañías de seguros discriminen por preexistencias, a diferencia de lo que sucede en Chile.

"Es tiempo de dar vuelta la página y de salvar nuestro sistema de salud de esta ley desastrosa", dijo el republiccano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes. 

De todas formas, existe el temor dentro de un sector del Partido Republicano que esta reforma le quite cobertura a las personas que recién pudieron acceder a ella gracias al Obamacare.

Por lo mismo, se espera una defensa al programa Medicaid, que entrega protección de salud a los hogares más modestos. 

Los demócratas ya han manifestado su oposición al nuevo proyecto, que comienza a ser conocido como Trumpcare.

“Trumpcare no reemplaza a Obamacare, sino que obliga a millones de estadounidenses a pagar más por menos. Cortará recursos para Medicarid y Planned Parenthood (...) Recorta los impuestos a los más ricos para que las familias de clases media paguen más", criticó el senador demócrata Chuck Schumer.

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