Los disturbios se tomaron las calles de Washington durante la jornada de investidura de Donald Trump. Antes y después de la ceremonia se produjeron altercados entre opositores al nuevo presidente de Estados Unidos y la policía, los que dejaron 217 detenidos y seis uniformados heridos.
Tanto en la mañana como en la tarde, las confrontaciones más duras se produjeron entre grupos anarquistas, que rompieron vitrinas de locales comerciales, y agentes policiales, quienes ocuparon gases para dispersarlos.
Durante la tarde, tras el juramento y discurso de Trump, hubo nuevamente incidentes en las calles aledañas al Capitalio y la Casa Blanca, donde se quemaron basureros, generando una serie de focos de fuego.
Además, se incendieron vehículos, entre los que resaltó una limosina de color negro.