AFP
El negociador jefe de la oposición siria, Mohamed Alush, anunció el domingo su dimisión, alegando como motivos el fracaso de las negociaciones y los continuos bombardeos del régimen de Bashar al Asad sobre las zonas rebeldes a pesar de la tregua.
Su dimisión llega tres días después de que el emisario de la ONU en Siria, Staffan de Mistura, indicara al Consejo de Seguridad que no preveía una nueva ronda de conversaciones "antes de dos o tres semanas".
"Las tres rondas de negociaciones (en Ginebra bajo los auspicios de la ONU) no han tenido éxito debido a la terquedad del régimen, los continuos bombardeos y sus agresiones al pueblo sirio (...) Anuncio mi retirada de la delegación y mi dimisión", indicó Alush en un comunicado publicado en su cuenta de Twitter el domingo por la noche.
Asimismo, denunció la "incapacidad de la comunidad internacional para hacer que se apliquen sus resoluciones, especialmente en lo que concierne al aspecto humanitario, el levantamiento de asedios, la entrada de ayuda, la liberación de prisioneros y el respeto de la tregua".
Se refería al acuerdo ruso-estadounidense sobre un cese de las hostilidades entre el régimen y los rebeldes entrado en vigor el 27 de febrero y violado desde entonces en numerosas ocasiones.
"Las negociaciones sin fin socavan la suerte de este pueblo" ,lamentó.
Alush dirige el movimiento armado de inspiración salafista Jaish al Islam, uno de los más influyentes en Siria y que forma parte del centenar de grupos de insurgentes que aprobaron la tregua del 27 de febrero.
Fuentes diplomáticas estimaban que había pocas esperanzas de que la oposición siria aceptara volver a la mesa de diálogo mientras prosiguieran los bombardeos y el asedio a las ciudades rebeldes.
Las negociaciones indirectas para poner fin al brutal conflicto se han atascado cada vez en la cuestión del futuro del presidente Bashar al Asad. Su salida del gobierno es una de las principales demandas de la oposición y una de las líneas rojas del régimen.
La última ronda de negociaciones, en abril, se vio interrumpida por la retirada de la delegación rebelde en protesta por la falta de avances.
La revuelta pacífica contra el régimen de Al Asad iniciada en marzo de 2011 y que se tornó en un sangriento conflicto civil, ha dejado en cinco años más 280.000 muertos y millones de desplazados.