Este viernes continúa la batalla legal en Estados Unidos entre Defense Distributed, una compañía con sede en Texas perteneciente a Cody Wilson, y el juez federal Robert Lasnik, de Seattle, sobre la distribución en línea de planos para fabricar armas de fuego en impresoras 3D.

Esto se remonta al pasado 31 de julio, cuando Lasnik bloqueó temporalmente la distribución en línea de los documentos, a pesar de que el gobierno de Trump ya había logrado un acuerdo junto a la compañía que planeaba la comercialización de los planos - lo que posteriormente fue desmentido por la Casa Blanca-.

Este 10 de agosto se decidirá si la orden de bloqueo se transforma en permanente, ya que según Lasnik, la aprobación de la impresión de armas podría producir un daño irreparable a los ciudadanos de Estados Unidos.

Estos objetos, que se hacen de plástico, funcionan como un arma muy real. Al no ser industrializados por un fabricante autorizado, no tienen número de serie, tampoco suenan al pasar por un detector de metales y potencialmente no se pueden rastrear. 

Por su parte, Facebook aseguró este jueves que estaba iniciando acciones para evitar el intercambio en la red social de planos para imprimir armas en 3D, lo que viola sus normas sobre productos regulados.

"Compartir instrucciones sobre cómo fabricar armas de fuego utilizando impresoras 3D o máquinas fresadoras controladas por computadora no está permitido según nuestras Normas Comunitarias", dijo un portavoz de Facebook en respuesta a una consulta de AFP.

"En línea con nuestras políticas, estamos eliminando este contenido de Facebook", agregó.

Hasta la fecha, Cody Wilson de Defense Distributed cumplió con la medida, sin embargo, solicitó apoyo financiero para la batalla legal que se avecina.

En entrevista con CBS News, aseguró que cree que "el acceso a las armas de fuego es una dignidad humana fundamental. Es un derecho humano fundamental".

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