Un hombre de 34 años fue detenido en Texas, sur de Estados Unidos, acusado de matar a sus padres, a otras cuatro personas y dejar otros tres heridos, tras una serie de tiroteos, informó este miércoles la policía.
El sospechoso, que padece problemas mentales, ya había sido detenido en enero de 2022 por un caso de violencia doméstica contra sus padres y hermana. Fue liberado dos meses después con una tobillera de rastreo que luego cortó, detalló el sheriff del condado de Bexar, que alberga a la ciudad de San Antonio, Javier Salazar.
Los tiroteos comenzaron la mañana del martes en Austin, Texas, sur de Estados Unidos. No fue hasta la noche que las autoridades se percataron de que todos los ataques estaban relacionados, dijo en una conferencia de prensa la jefa interina de la Policía de Austin, Robin Henderson.
"Creemos firmemente que un sospechoso es responsable de todos los incidentes. Está bajo custodia y ya no representa una amenaza para nuestra comunidad", agregó.
El hombre está acusado de haber matado a cuatro personas en diferentes puntos de Austin, capital del estado. También hirió a un policía cerca de una zona escolar, luego a un ciclista y finalmente a otro policía que lo enfrentó a balazos tras una llamada de emergencia. Durante la noche del martes, mientras era perseguido por las autoridades, el sospechoso estrelló el vehículo en el que viajaba y fue capturado.
En tanto, en San Antonio, unos 120 km al sur de Austin, la policía informó de que, tras recibir una alerta de sus colegas de la capital texana, fueron a revisar una vivienda vinculada al sospechoso, donde hallaron los cadáveres de una mujer de 55 años y de un hombre de 56.
"Se cree que son los padres del sospechoso que actualmente se encuentra bajo custodia", dijo el sheriff Salazar en una conferencia de prensa.
Pese a que en Texas el porte de armas es legal y no requiere de permisos o entrenamiento, Salazar aclaró que la ley le impide que personas con antecedentes como la del sospechoso tenga un arma.
Los asesinatos a tiros son casi cotidianos en Estados Unidos. Los intentos de frenar la proliferación de armas de fuego en el país siempre encuentran una dura resistencia política.
A finales de octubre, un hombre armado con un rifle semiautomático abrió fuego en una bolera de Lewiston, en el estado de Maine. Diez minutos después disparó en un bar-restaurante de esa localidad de 36.000 habitantes. Asesinó a 18 personas y luego el tirador fue hallado muerto.