Un bus que trasladaba niños de entre 11 y 13 años en un viaje de egresados de la primera a San Clemente del Tuyú, en Argentina, volcó la mañana de este jueves dejando a dos alumnas muertas, mientras decenas de heridos permanecen internados.

Dos choferes de un bus que circulaba detrás del accidentado, que trasladaba a un grupo de adultos mayores, fueron los primeros en acercarse a rescatar a los heridos. Su relato a TN acerca de la escena con que se encontraron es estremecedor.

“Venía descansando cuando sentí la frenada y me levanté. Fuimos a ayudar a la gente a salir del micro. Sacamos los parabrisas y nos metimos a retirar a los chicos”, relató Luis, uno de los choferes, sobre los primeros segundos posteriores al accidente.

“Hubo una nena que quedó atrapada con el cinturón de seguridad y pedía a gritos por los padres, no podía salir”, continuó, agregando que “no sé de dónde saqué fuerza y logré destrabar el cinturón. Al lado estaba una de las nenas muertas”.

El hombre, quien no pudo contener las lágrimas frente a las cámaras del medio argentino, calificó la situación como “un desastre”.

Pensé que nunca me iba a pasar de presenciar algo así. Hicimos lo que pudimos. Me duele por las dos criaturas que murieron”, afirmó.

En la cola del micro había dos chicos, uno arriba del otro, atrapados por el chasis del micro. Salí corriendo y le pedí a Andrés –su compañero– que me alcance un cricket para intentar sacarlos, pero era imposible. Hasta que llegaron los bomberos, pusieron el expansor y los sacaron”, recordó, una de las escenas más impactantes que le tocó vivir.

Sin embargo, el momento que más lo golpeó fue cuando intentó reanimar a una de las víctimas. “A la nenita que murió la sacamos, la pusimos en el piso y llorando le pedíamos que no se duerma. ‘Hablame, hablame, hablame’, le decía. Pero se durmió”, contó.

Antes de concluir su relato lamentó que “ya me queda poco para retirarme y lo voy a hacer con este mal recuerdo”.

Andrés, quien manejaba el bus que iba detrás, agradeció a Dios que alcanzó a frenar. “En una situación así, salir de una curva y encontrarte con una bestia dada vuelta, no es sencillo. Lo primero que hicimos fue correr hacia el micro. Sacamos a casi la totalidad de los chicos, salvo tres o cuatro que quedaron atrapados y no estaba a nuestro alcance”, contó.

“Fue un momento difícil. Fue duro ver a las criaturas gritar, ensangrentadas. Sentamos a los chicos en la ruta e intentamos calmarlos”, describió Andrés el momento.

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