Durante la tarde de este 10 de mayo dos barcos transportistas de petróleo colisionaron en el Canal de Houston, Estados Unidos. Uno de los navíos se se volcó y derramó el combustible en las aguas del puerto.
Uno de los barcos casi fue cortado a la mitad al ser impactado por el otro; lo que, de todas formas, provocó que los 25.000 barriles de petróleo que transportaba cayeran al agua, según consignó ABC news.
El combustible derramado en el agua es producto de la reformación catalítica, un proceso químico para refinar el petróleo y crear gasolina, entre otros derivados.
El derrame no es nocivo para la salud humana, pero es tóxico para el ecosistema marino del canal y del océano estadounidense y planetario.
El accidente ocurrió en el Canal de Navegación de Houston, parte del puerto de la ciudad y uno de los más utilizados de Estados Unidos. Dicho canal desemboca en el Golfo de México.
Los habitantes de la zona reportarton malos olores producto de los vapores, los que podrían ser, incluso, tóxicos.
El Servicio Meteorológico Nacional de Houston reportó un estimado de las zonas en las que se percibiría el olor del combustible derramado.