La muy conservadora Corte Suprema de Estados Unidos fue invitada el viernes a intervenir en el caso de una joven trans que quiere formar parte del equipo femenino de corredores de su escuela.
Es la primera vez que se pide al máximo tribunal que se pronuncie sobre el lugar de las atletas trans en el deporte femenino, un debate con un fuerte componente político y que ha cobrado fuerza en todo Estados Unidos.
El caso se relaciona con una ley adoptada en 2021 por el estado de Virginia Occidental que, al igual que varios otros estados conservadores, prohíbe que los estudiantes definidos como "varones" sobre la base de su "biología al nacer" participen en competencias femeninas.
Tan pronto como se aprobó, la ley fue impugnada en los tribunales por Becky Pepper-Jackson, una niña trans, entonces de 11 años, que quería ingresar al equipo de cross-country de su colegio.
Después de varias diligencias, un tribunal federal de apelaciones decidió el 22 de febrero suspender la ley a la espera de examinar el fondo del asunto.
Virginia Occidental recurrió entonces con urgencia a la Corte Suprema para pedirle que levante esta suspensión para que su ley pueda aplicarse mientras el procedimiento sigue su curso.
"En los últimos años, hombres biológicos que se identifican como mujeres han vencido cada vez más a las mujeres biológicas en las competencias femeninas", escribió en su apelación, pidiendo a la corte "proteger la equidad" en el deporte femenino.
Virginia Occidental "habla de competencias atléticas de élite, que no tienen nada que ver" con el caso Becky Pepper-Jackson, replicaron en un comunicado varias asociaciones que la apoyan, incluida la poderosa ACLU, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles.
Cuando la adolescente pudo participar en carreras femeninas "a menudo acababa en último lugar" pero "su madre nunca la había visto tan feliz", destacaron sus abogados en un documento judicial.
La Corte Suprema no está llamada a pronunciarse sobre el fondo de la cuestión en esta etapa, por lo que podría simplemente confirmar o revocar la decisión del tribunal de apelaciones sin decir más.
Hasta ahora, ha evitado meterse en batallas legales por los derechos de las personas trans, excepto por un fallo sobre discriminación en el lugar de trabajo: en 2020 falló en contra de una funeraria que había despedido a una mujer trans después de su transición.