La prensa se encontraba expectante este lunes en las afueras de la Embajada de Ecuador en Londres a que comenzara el interrogatorio a Julian Assange.
El fundador de Wikileaks se encuentra refugiado allí desde 2012 por una denuncia de violación presentada por Suecia hace seis años. Este lunes esperaba entregar por primera vez su versión de los hechos ante la justicia.
En tanto, los periodistas aguardaban la llegada a la embajada de la fiscal sueca Ingrid Isgren, quien arribó a la embajada para participar en el primer interrogatorio a Assange, a cargo del fiscal ecuatoriano, Wilson Toainga.
Sin embargo, poco después de que las autoridades llegaran a la embajada, lo que se robó la atención de los fotógrafos fue otra cosa: el gato de Julian Assange por la ventana, con un clásico collar atado al cuello.
Cuando se aburrió, el animal se fue de la ventana para luego regresar al ojo de los periodistas vestido para la ocasión: de terno y corbata.
Esta no es la primera vez que el gato del fundador de Wikileaks se roba la atención. De hecho, es toda una personalidad en redes sociales.
El animal fue un regalo de los hijos de Assange a inicios de este año. Pese a que se desconoce el nombre del animal, posee una cuenta de Twitter: @EmbassyCat.
En la biografía del animal en la red social dice que vive con el Señor Assange en la Embajada de Ecuador de Londres y que está interesa en la "purrveillance", un juego de palabras entre "purr" (el sonido que hacen los felinos) y "surveillance" (vigilancia en inglés).
La cuenta de @EmbassyCat sigue a varias otras relacionadas con la política local y foránea, como el Departamento de Estado de Estados Unidos, secretario de Asuntos Exteriores, Philip Hammond y a otro felino famoso dentro de la política británica: Palmerston, el gato de la Oficina de Asuntos Exteriores de Reino Unido.
De hecho, @EmbassyCat le tuiteó a Palmerston a su cuenta de Twitter @DiploMog, felicitándolo por haber atrapado a otro "roedor" en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
"El valiente @DiploMog capturó a otro roedor en en la Oficina de Asuntos Exteriores de Reino Unido. ¡Saludos!", escribió.
Sin embargo, nunca tuvo respuesta de Palmerston.