El 13 de julio de 2024 se escucharon disparos en un mitín de campaña de Donald Trump en Butler, Pensilvania. Uno rozó la oreja derecha del expresidente, pero no lo hirió de gravedad. Dos personas del público resultaron gravemente heridas y una de ellas murió. Agentes del Servicio Secreto estadounidense dispararon y mataron al atacante.

Los investigadores del FBI aún no han revelado detalles sobre lo que podría haber motivado al joven de 20 años a disparar contra el expresidente estadounidense. Medios de Estados Unidos sugieren que el sospechoso, que fue muerto por la Policía en el lugar del atentado, era un republicano, aunque una vez donó dinero a una plataforma demócrata de recaudación de fondos.

El ataque está siendo tratado como un "intento de asesinato", dijo el FBI. Para muchos estadounidenses, el tiroteo recuerda intentos similares en la historia de Estados Unidos, como los atentados contra Ronald Reagan y Robert y John F. Kennedy.

1981: Ronald Reagan

Un tirador solitario le disparó al presidente Ronald Reagan cuando salía de una conferencia en el hotel Hilton de Washington. John Hinckley Jr. disparó desde la multitud que rodeaba la limusina de Reagan. Hinkley tenía 25 años en ese momento y padecía psicosis aguda. Pensó que si le disparaba a Reagan, la actriz Jodie Foster podría notarlo. En 1982, fue declarado inocente por demencia y se le ordenó someterse a tratamiento en un hospital psiquiátrico.

Reagan pasó casi dos semanas en el hospital después de que una de las balas de Hinkley rebotara en la limusina presidencial y lo alcanzara. Le rozó una costilla y por poco no impactó su corazón. Los índices de aprobación pública de Reagan aumentaron después del intento de asesinato.

Hinkley fue liberado de supervisión psiquiátrica en 2022 y ha estado tratando de establecerse como pintor y cantante folk. Sin embargo, todavía se lo asocia con el intento de asesinato y varios de sus conciertos han sido cancelados.

1975: Gerald Ford

Dos mujeres trataron de matar al presidente estadounidense Gerald Ford en distintos atentados, acaecidos con 17 días de diferencia. Son las dos únicas atacantes mujeres que han intentado asesinar a un presidente de Estados Unidos. Lynette "Squeaky” Fromme, miembro de la secta del homicida Charles Manson, fue la primera.

Trató de dispararle a Ford el 5 de septiembre de 1975 mientras este caminaba por Sacramento, California. Fue reducida de inmediato por agentes del Servicio Secreto y el tiro no salió. Aparentemente, Fromme le quería suplicar a Ford que considerara la difícil situación de las secuoyas californianas para así ganarse la aprobación del líder de la secta, Charles Manson, con quien estaba obsesionada. Fromme fue liberada de prisión en 2009.

El segundo intento de asesinar a Ford lo perpetró Sara Jane Moore delante de un hotel en San Francisco, el 22 de septiembre de 1975. Moore también trató de dispararle y dijo que su intención era provocar una revolución violenta en Estados Unidos. Pero su intento fue impedido por un pasante. Moore pasó la mayor parte de su vida en prisión y luego de su liberación, después de 32 años, cuando tenía 77 años de edad, dijo que "había estado enceguecida por su visión política radical”.

1972: George Wallace

Un gobernador de Alabama, George Wallace, estaba haciendo campaña para la nominación presidencial de los demócratas en un centro de compras de Maryland cuando Arthur Bremer le disparó cinco veces. Wallace era bien conocido por ser segregacionista, populista y racista. Durante su discurso habló de que los estadounidenses estaban siendo "olvidados”. Bremer le disparó luego del discurso. El intento de asesinato paralizó a Wallace de cintura para abajo.

Bremer había escrito un diario violentamente descriptivo sobre su deseo de matar a Wallace o a Richard Nixon y supuestamente estaba motivado por la fama que le traería tal asesinato. Salió de prisión en 2007. En cuanto a Wallace, continuó en la política estatal y terminó buscando el perdón de los afroamericanos por la división que había creado.

1968: Robert Kennedy

Durante la campaña para la nominación del candidato presidencial del Partido Demócrata, a Robert Kennedy le dispararon tres veces en el Hotel Ambassador de Los Angeles, California, el 5 de junio, y murió al día siguiente. El atacante, Sirhan Sirhan, fue reducido por varias personas en el salón de baile donde tuvo lugar el tiroteo. Otras cinco personas también recibieron disparos en el evento, pero todas se recuperaron.

El asesinato tuvo un enorme impacto en la carrera presidencial de 1968 y ocurrió justamente dos meses después del asesinato del líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr., lo que se sumó a la agitación política de finales de los años sesenta.

Sirhan, un palestino, dijo que el conflicto en Medio Oriente lo motivó a dispararle a Robert Kennedy, particularmente por el apoyo de Kennedy a Israel y su promesa de campaña de enviar 50 aviones de combate a Israel si era elegido presidente. Sirhan fue declarado culpable el 17 de abril de 1969 y condenado a muerte en la cámara de gas. Posteriormente esa sentencia fue conmutada por cadena perpetua.

1963: John F. Kennedy

El presidente Kennedy fue asesinado en el centro de Dallas, Texas, por Lee Harvey Oswald mientras viajaba en una caravana con su esposa, Jacqueline, el 22 de noviembre. Kennedy fue llevado inmediatamente al Parkland Memorial Hospital, donde falleció.

Poco después de ser asesinado Kennedy, la Policía arrestó a Lee Harvey Oswald. La Comisión Warren, que investigaba el asesinato, concluyó en 1964 que Oswald, un exsoldado de la infantería de marina estadounidense que había vivido en la Unión Soviética, actuó en solitario. Oswald sostuvo que era inocente al ser arrestado, diciendo que era que era un "chivo expiatorio" y que sólo lo habían detenido porque había vivido en la Unión Soviética.

Oswald fue asesinado a tiros por Jack Ruby, propietario de un club nocturno de Dallas, mientras lo llevaban desde la sede de la Policía a una cárcel rural, dos días después del asesinato de John F. Kennedy.

El asesinato de Kennedy desató una avalancha de teorías de conspiración y sigue siendo un tema de debate generalizado.

Kennedy fue el cuarto presidente estadounidense asesinado y el que más recientemente murió mientras estaba en el cargo. Los otros tres presidentes asesinados fueron: Abraham Lincoln (1865), James Garfield (1881) y William McKinley (1901).

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