AFP
El mentado "cambio de época" en Argentina propuesto por el Presidente electo, Mauricio Macri, un liberal de derecha, arrancó este martes cuando fue recibido por la Mandataria saliente de centroizquierda Cristina Fernández, para afinar la transición en un país dividido a la luz de un ajustado balotaje.
El encuentro tuvo lugar en la residencia oficial de Olivos, al norte de Buenos Aires, a las 7 de la tarde (hora local), a 16 días del traspaso de mando, el 10 de diciembre.
Cristina Fernández "me deseó la mejor de la suertes y me citó", anunció Macri, de 56 años, quien se impuso en el balotaje sobre el oficialista Daniel Scioli por 51,4% a 48,6%, una ajustada diferencia que condicionará su gestión.
Según analistas bursátiles, ese escaso margen provocó el derrumbe de la Bolsa (-5,1%) al día siguiente de la elección, además de toma de ganancias tras una semana de alzas cuando los sondeos auguraban un holgado triunfo de Macri.
"Me reúno con la Presidenta y ahí fijaremos los parámetros de los próximos días. Iré solo, es muy corta la transición", dijo Macri al diario Clarín y anticipó que pedirá "una transición ordenada" y que se facilite el acceso a la información en los ministerios.
Más allá de los buenos augurios, la presidenta y su sucesor, el alcalde saliente de Buenos Aires, han compartido pocos escenarios durante sus respectivas gestiones iniciadas en 2007.
Días atrás, el líder de la alianza conservadora Cambiemos se permitió soñar con el momento en que recibirá la banda presidencial: "Los fotógrafos se van a pelear por ver quién capta mejor el momento", dijo.
Gabinete económico de seis cabezas
Macri, un hombre pro-mercado, dijo que comenzará a dar nombres de su gabinete el miércoles.
¿Quién es Anita, la secretaria a la que @mauriciomacri le dedicó un saludo especial? https://t.co/yiFNQGkBb0
— LA NACION (@LANACION) November 24, 2015
Anunció una nueva conformación que no contará con un "superministro" de Economía, a la vieja usanza, sino con un equipo de seis ministros y un coordinador: Hacienda y Finanzas, Producción (ex Industria), Infraestructura (exPlanificación), Agricultura y las nuevas carteras de Energía y de Transporte.
El nuevo gobierno recibirá un país desendeudado y con bajo desempleo (5,9% en el tercer trimestre de 2015), pero con temas críticos como la inflación, la restricción a la compra de divisas (cepo cambiario), la caída de las reservas (por debajo de 26.000 millones de dólares) y la desconfianza en las estadísticas oficiales.
"Vamos a generar reglas del juego claras para que todo el mundo sepa que se puede invertir. Vamos a estabilizar el valor de la moneda bajando la inflación. Vamos a tener un único mercado de cambios, como en toda Latinoamérica", prometió Macri.
El martes afirmó a Clarín que levantará el 'cepo cambiario' vigente desde 2011, el 11 de diciembre, al día siguiente que asuma el mando, aunque el lunes había dicho que tomará las medidas "cuando estén dadas las condiciones".
"Habrá un único tipo de cambio donde el Banco Central va a intervenir para que esté administrado", insistió al tomar como referencia el precio del dólar en el mercado paralelo (15,20 pesos el lunes) y no el oficial a 9,68 pesos.
Según Macri, "el problema no es la devaluación sino la inflación", de dos dígitos desde 2008.
Están en agenda además temas como la apertura de las importaciones, la reducción de subsidios a los servicios y la eliminación de los impuestos a las exportaciones agrícolas, reclamadas por los grandes productores.
Consensos y oposición K
Cristina Kirchner recibió el lunes a Daniel Scioli y Carlos Zannini, la fórmula oficialista derrotada el domingo, y acordaron trabajar para ser una oposición "propositiva y constructiva", según la prensa.
"La presidenta lleva la política en la sangre. No la veo abandonando o alejándose de la política", señaló a la AFP el analista Rosendo Fraga, de la consultora Nueva Mayoría.
Fraga agregó que la presidenta saliente "va a intentar a los pocos días de dejar el poder, ser una suerte de líder de la oposición, con la idea de volver al poder en la elección de 2019 o en otro momento".
Macri, procesado por un caso de escuchas ilegales, será el primer presidente electo por voto popular que no es ni radical ni peronista, los dos partidos que monopolizaron la política argentina desde el siglo XX.
Deberá gobernar sin mayoría en el Congreso controlado en ambas cámaras por el Frente para la Victoria, el partido de Kirchner.
La socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR) aportó su fuerza territorial a la alianza Cambiemos, pero su principal espada el senador Ernesto Sanz, desistió por "razones personales" de integrar el gabinete, una decisión que generó ruidos antes de la asunción.