Los países occidentales presionaron este martes a Rusia para que asuma responsabilidades por el derribo en 2014 del vuelo MH17 de Malaysia Airlines en el este de Ucrania y para que ayude a poner fin al conflicto en ese país.
El ministro holandés de Exteriores, Stef Blok, presentó al Consejo los resultados de esa investigación, encabezada por Países Bajos y Australia, de donde procedían la mayoría de los pasajeros fallecidos en ese vuelo. Blok recordó que los Gobiernos holandés y australiano responsabilizan a Rusia de la tragedia e insistió a Moscú en que debe cooperar con ellos para que haya rendición de cuentas.
"Cuando se trata de establecer verdad y responsabilidad por lo que ocurrió al MH17, ningún Estado tiene derecho a permanecer en silencio", dijo el ministro holandés. El llamado fue respaldado por varios países, mientras que Rusia reiteró que no acepta las conclusiones de la investigación. El embajador ruso, Vasili Nebenzia, dijo que dada la forma en la que están operando otras naciones, Moscú únicamente puede confiar en pesquisas en las que Rusia participe.
Estados Unidos, por su parte, demandó a las autoridades rusas que reconozcan su papel en el derribo del avión y, en general, en el conflicto ucraniano. "Rusia insulta nuestra inteligencia diciéndonos que este es un conflicto interno", denunció la embajadora estadounidense, Nikki Haley, que subrayó que no hay "ninguna duda" de que Moscú está detrás de la crisis.
"Los militantes del este de Ucrania obedecen directamente al Ejército ruso, que les arma, entrena, lidera y lucha junto a ellos", insistió. En la sesión intervino también el ministro de Exteriores ucraniano, Pavlo Klimkin, quien volvió a pedir que Naciones Unidas despliegue una misión de paz en la parte del país bajo control de los independentistas prorrusos.
El objetivo, dijo a los periodistas, sería normalizar la situación y facilitar la celebración de elecciones libres y limpias. Polonia, que este mes preside el Consejo de Seguridad y que también estuvo representada por el jefe de su diplomacia, Jacek Czaputowicz, respaldó esa propuesta y dijo que va a trabajar para tratar de hacerla realidad.
Czaputowicz reconoció que el derecho de veto que Rusia tiene en el Consejo hace difícil que la iniciativa pueda salir adelante, pero defendió que podría ser "útil" llevar la propuesta a una votación.