Casi 10 millones de niñas y niños en países vulnerables podrían quedarse sin poder ir a clases este año -de forma permanente- debido a los recortes y la pobreza derivados de la pandemia de coronavirus, según un informe difundido este lunes por Save the Children.
La organización de protección de la infancia, con sede en Londres, calcula que los estragos por el COVID-19 dejarán un agujero de un mínimo de 77.000 millones de dólares en los próximos 18 meses en la inversión en educación en las zonas más pobres del planeta.
Por ello, Save the Children pidió a los Gobiernos que aumenten el gasto en educación tan pronto como reabran las escuelas, después de los meses de confinamiento, y a las autoridades competentes que conviertan la deuda de los Estados afectados en inversiones para la infancia.
La ONG estima que, si los acreedores comerciales condonan la deuda de los países con bajos ingresos, quedarían liberados unos 14.000 millones de dólares que podrían destinarse a la educación.
Millones de niñas y niños en emergencia educativa
En el informe, la organización dice que el mundo afronta "una emergencia educativa oculta" y señala que unos 9,7 millones de niñas y niños en 12 países -sobre todo en África central y occidental pero también Yemen y Afganistán- "corren un riesgo extremadamente alto de dejar de ir al colegio para siempre".
Paralelamente, en otros 28 Estados, el riesgo es "moderado o alto", apunta la entidad, que advierte de que, como consecuencia de estar fuera de la escuela, las niñas en particular quedarán expuestas a más violencia de género, matrimonios forzosos y embarazos adolescentes.
El efecto de la crisis sanitaria en la educación empieza a notarse después de que se haya constatado que 1.600 millones de niñas y niños a nivel global se han quedado temporalmente sin asistir a clase por las restricciones impuestas para evitar la propagación del virus.
En tanto, los casi 10 millones que podrían verse forzados a dejar la escuela en 2020, y muchos más que quedarán retrasados, se sumarían a los 258 millones de niños y niñas que ya no iban al colegio a nivel mundial antes del brote de COVID-19, señala Save the Children.
La directora de la organización, Inger Ashing, afirmó que no actuar ante la crisis educativa "tendrá consecuencias duraderas", y quedará postergado el objetivo multilateral que buscaba que todos los niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad para 2030.
"Los Gobiernos deben anteponer los intereses de los niños a las reclamaciones de los acreedores" y asegurar que reciban una buena educación estén en un campo de refugiados de Siria, en medio del conflicto en Yemen o en una remota aldea africana”, dijo Ashing.