Este viernes, la Corte Suprema de Texas rechazó el intento de una comisión de la cámara estatal de posponer la ejecución de Robert Roberson, un hombre sentenciado por el delito de homicidio, tras la muerte de su hija de 2 años, Nikki Curtis, ocurrida en 2002. Con esta decisión, se abrió el camino para que se establezca una nueva fecha de ejecución.
Roberson tenía prevista su ejecución para octubre, pero la comisión de la cámara estatal, utilizando sus facultades de investigación, fijó una cita para que Roberson testificara. Esto llevó a la Corte Suprema de Texas a suspender temporalmente la ejecución.
¿Qué sucederá en el caso de Robert Roberson, sentenciado a muerte en Texas?
La sentencia de de Roberson se fundó en la teoría de que su hija murió a causa del síndrome del bebé sacudido, un diagnóstico que- según sus abogados- ha sido desmentido con el tiempo.
Este síndrome suele producirse cuando un padre o cuidador agita violentamente a un niño, puede ser por frustración, enojo o ya sea porque el bebé no deja de llorar. Esto puede causar daño cerebral irreversible o incluso la muerte.
Según lo que consigna el medio CNN, en la resolución de este viernes, la Corte destacó que "priorizar categóricamente una citación legislativa sobre una ejecución programada […] se convertiría en una potente herramienta legal que podría usarse no solo para obtener el testimonio necesario, sino para impedir una ejecución".
La defensora de Roberson, Gretchen Sween, solicitó en un comunicado que el estado no fijara una nueva fecha de ejecución debido a las “nuevas y abrumadoras pruebas de su inocencia”.
Según Sween, un aplazamiento permitiría a las autoridades revisar el caso a fondo, destacando que las pruebas médicas demuestran que "la muerte de Nikki fue una tragedia, no un crimen; Robert es inocente". Incluso el detective principal del caso ha expresado dudas sobre la culpabilidad de Roberson, considerando que fue "precipitado y erróneamente condenado".
Roberson mantiene su versión que acusa inocencia, mientras que sus defensores aseguran que el diagnóstico de síndrome del bebé sacudido es incorrecto.
Esto, pese a que algunos pediatras especialistas en maltrato infantil defienden la validez del diagnóstico, la defensa del condenado argumenta que existen pruebas claras de que su hija no falleció por maltrato, sino por otras causas, entre ellas una enfermedad y medicamentos inapropiados para una niña que sufría de varias enfermedades.
El retraso en la ejecución se produjo el mes pasado, cuando los miembros de la Comisión de Jurisprudencia Penal votaron a favor de citar a Roberson mientras investigaban la legalidad de su condena. Según la decisión de este viernes, es posible que Roberson testifique ante la comisión antes de que se fije una nueva fecha de ejecución. Aún no se ha determinado una nueva fecha.
“Si la comisión aún desea obtener su testimonio, suponemos que el Departamento de Justicia podría adaptarse a una nueva citación”, indicó la Corte Suprema del estado.
El mes pasado, la Corte suspendió la ejecución de Roberson poco antes de la medianoche del 17 de octubre, cuando su orden de ejecución estaba por expirar, en un giro dramático del caso que involucró varias maniobras legales entre el estado y los defensores de Roberson.
De haberse llevado a cabo la ejecución, Roberson habría sido la primera persona ejecutada en EE.UU. por una condena basada en el diagnóstico del síndrome del bebé sacudido.
Los abogados argumentan que se violaron los derechos de Roberson al debido proceso cuando el Tribunal de Apelaciones Penales de Texas se negó a revisar pruebas nuevas que, según él, podrían probar su inocencia.
El caso de Roberson subraya el riesgo inherente a la pena capital: la posibilidad de que una persona inocente sea condenada a muerte. Desde 1973, al menos 200 personas, 18 de ellas en Texas, han sido exoneradas tras ser inicialmente condenadas a muerte, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte.