Estos días se ha confirmado lo que los virólogos venían advirtiendo desde enero: la variante P.1 del SARS-CoV-2 se ha afianzado, y se está extendiendo a un ritmo vertiginoso.

Mientras que a principios de enero se registraban menos de 1.000 muertes diarias en Brasil, las cifras han aumentado drásticamente desde finales de marzo. Actualmente, hay más de 3.000 muertes diarias. Cerca del 90% de las nuevas infecciones se atribuyen a la variante P.1.

El número de nuevas infecciones no puede determinarse de forma fiable. Pero una cosa está clara: la situación de contagios está completamente fuera de control. Desde el inicio de la pandemia, más de 13 millones de personas en Brasil, oficialmente, se han contagiado.

Sin embargo, los expertos suponen que el número de casos no registrados es elevado. Muchos de los que se han enfermado o se han recuperado probablemente, nunca han sido documentados estadísticamente en el país, que tiene más de 200 millones de habitantes. Otros países donde la variante se está extendiendo son México, Suecia, Bélgica y Colombia.

¿Qué se sabe de la variante P.1?

Los expertos detectaron por primera vez la variante en Brasil el 10 de enero de 2021. Presenta 17 mutaciones, tres de ellas en la proteína S. Esto último probablemente hace que el virus pueda entrar más fácilmente en las células y multiplicarse en ellas. La mutación E484K es especialmente problemática, ya que probablemente es la responsable de que incluso las personas que ya han sobrevivido a una infección por coronavirus puedan volver a contraer la enfermedad.

Inicialmente, la P.1 se propagó principalmente en el estado de Manaos, lo cual era significativo porque muchas personas allí ya se habían contagiado en el pasado con el virus, y los médicos esperaban que pronto se produjera una inmunidad natural de rebaño. Esta esperanza se vio truncada debido a la variante P.1. Las mutaciones de la variante P.1 son similares a las de la variante sudafricana B.1.351, pero han evolucionado independientemente de ella.

¿Es la enfermedad con P.1 más grave que con otras variantes?

La experiencia de otros países en los que se ha detectado P.1 sugiere que la enfermedad no es más grave que con el patógeno original.

Pero hasta ahora apenas se dispone de datos concluyentes al respecto. Lo que está claro es que la variante es mucho más contagiosa. En Brasil, eso ha provocó que el sistema sanitario esté irremediablemente sobrecargado. De ahí la alta tasa de mortalidad. Las unidades de cuidados intensivos son inaccesibles para la mayoría de los pacientes, y los suministros de oxígeno son escasos.

El hecho de que apenas existan cifras fiables sobre las nuevas infecciones en estas circunstancias hace casi imposible en la actualidad hacer una afirmación estadísticamente fiable sobre la peligrosidad de la variante P.1.

¿Qué eficacia tienen las vacunas disponibles?

Todavía no se ha aclarado de forma concluyente si las vacunas disponibles actualmente son eficaces contra la variante P.1 y en qué medida. Se sabe que las vacunas de AstraZeneca y BioNTech, por ejemplo, forman anticuerpos neutralizantes contra la variante en el laboratorio. Pero un estudio preliminar muestra que no son tan eficaces como contra el coronavirus original.

También se sabe que la vacuna de AstraZeneca no es tan eficaz contra la variante sudafricana, que sí presenta mutaciones similares en la proteína S.

Sin embargo, sigue teniendo sentido mantener la estrategia de vacunación, ya que incluso cuando alguien se infecta con una variante del virus, es probable que el curso de la enfermedad sea más leves después de la inoculación. Las personas vacunadas requieren con menos frecuencia un tratamiento médico intensivo y menos pacientes mueren de COVID-19.

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