Corea del Sur levantará la mayoría de sus medidas de distanciamiento social, pero no el uso obligatorio de la mascarilla, indicó el viernes su gobierno, basándose en la caída dramática de casos de covid-19 tras un brote de ómicron.
Los surcoreanos deberán usar mascarilla en interiores "por un tiempo considerable", dijeron las autoridades, pero la obligatoriedad en exteriores podría levantarse en dos semanas si los casos continúan a la baja.
"El cierre de los negocios a medianoche y la limitación de diez personas en reuniones se retirarán a partir del lunes", dijo el primer ministro Kim Boo-kyum.
La decisión pone fin a dos años de estrictas medidas sanitarias que han puesto en dificultades a muchos pequeños negocios y apunta a un regreso a la normalidad.
Corea del Sur parece haber pasado el pico de un brote provocado por ómicron que llegó a provocar 620.000 contagios semanales a mediados de marzo. En la última semana, la cifra quedó por debajo de 100.000.
Más del 86% de los 51 millones de surcoreanos están vacunados y la mayoría ha recibido una dosis de refuerzo.
Unas 20.000 personas han muerto en el país por el coronavirus, lo que supone una tasa de mortalidad de 0,13%, una de las más bajas del mundo.