Solo hay unos pocos cientos de manifestantes, pero son ruidosos y están en contra del presidente Moon Jae In. Los llamados "patriotas" vinieron a Seúl desde todo el país para protestar contra el acercamiento con Corea del Norte. Con autos con altavoces y banderas enormes,ocuparon el centro de la ciudad el día después de la histórica reunión de la cumbre.

Los coreanos conservadores, especialmente mayores, mostraron su ira en la calle. No solo agitan la bandera de Corea del Sur sino también la de Estados Unidos. Consideran que Estados Unidos es el que, en última instancia, los va a proteger del comunismo. Sobre todo, el presidente estadounidense Donald Trump, cuya imagen se puede ver en banderas y pancartas.

Con canciones nacionalistas expresan el descontento. Muchos hombres mayores usan uniformes, en parte debido a su servicio en la zona desmilitarizada, exactamente donde Moon y Kim Jong Un dieron pasos sorprendentemente grandes el día anterior. Se habla de una nueva era, del final de la guerra en la península de Corea.

Trump, el anticomunista

Pero los "patriotas" no quieren saber sobre eso. Consideran que cualquier concesión a Corea del Norte es una alta traición. Muchos usan camisas y llevan  carteles con la imagen de la, ahora, condenada expresidenta Park Guen Hye. A diferencia del presidente actual Moon, la conservadora tenía una posición que confrontaba con Corea del Norte.

Los manifestantes desprecian la política de distensión del actual presidente, que fue abogado de derechos humanos y que hace apenas un año asumió el cargo. "¡Moon quiere traicionarnos! ¡Tenemos que evitar eso, cueste lo que cueste! ¡Viva Estados Unidos!", gritaba Han, de 82 años. Su colega uniformado coincidió: "¡Tenemos que detener a Moon! ¡Solo puede haber una reunificación como en Alemania, de acuerdo con las reglas occidentales! ¡Odio a los comunistas!", afirmó.

No solo repudian al socialdemócrata Moon; la ira de los manifestantes también está dirigida contra China, que desde su punto de vista tiene un rol cada vez más agresivo en la región. "China no es de fiar", dice Hyun, de 36 años. "Pekín sigue siendo el protector de Corea del Norte. En ningún caso Estados Unidos debería retirarse de Corea del Sur y dejar el campo a los chinos", añade.

La mayoría quiere un acercamiento

Aunque los nacionalistas protestan contra el acercamiento con Corea del Norte, claramente son una minoría. Inmediatamente antes de la cumbre, el reconocido instituto "Real Meter" realizó una encuesta. Más del 78% de los surcoreanos quieren un acuerdo de paz con Corea del Norte.

Y este amplio apoyo se extiende a toda la sociedad surcoreana: tanto jóvenes como mayores, tanto en la población urbana como en el campo, en el medio social-liberal y en el campo conservador apoyan la iniciativa.

La gran mayoría de los surcoreanos son cautelosamente optimistas sobre el futuro. A pesar del escepticismo, muchos consideran que la declaración conjunta es un paso importante en la dirección correcta, pero se deben tomar medidas. Pero ni siquiera eso parece suficiente para apaciguar a los autoproclamados "patriotas".

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