Corea del Norte dijo este viernes que había probado un arma de largo alcance, un anuncio que probablemente aumentará las tensiones en la península y que contradice las afirmaciones del Sur y de Estados Unidos que apuntaban a misiles de corto alcance.

La agencia de noticias estatal norcoreana anunció que Kim Jong Un supervisó el ensayo armamentístico del jueves, el segundo en menos de una semana y en un contexto de tensión con Estados Unidos debido a las dificultades para alcanzar un acuerdo con el que Pyongyang abandone su arsenal nuclear a cambio de un alivio de las sanciones.

"En el puesto de comando, el líder supremo Kim Jong Un fue informado sobre un plan de ensayo de ataque de varios medios de ataque de largo alcance y dio la orden de realizar el ejercicio", informó KCNA, asegurando que el ensayo fue un éxito.

La agencia no especificó qué tipo de arma se disparó, evitando usar las palabras "misil", "cohete" o "proyectil".

Estas nuevas informaciones se suman a la creciente tensión con Estados Unidos, donde el Presidente Donald Trump consideró el jueves que Kim no estaba preparado para negociar una desnuclearización.

Desde la Casa Blanca, Trump dijo que observa el lanzamiento de misiles "muy seriamente". "Eran misiles más pequeños, misiles de corto alcance. Nadie está contento con eso", dijo el Presidente a periodistas.

"La relación continúa. Pero veremos qué pasa. Sé que quieren negociar, hablan de negociar. Pero no pienso que estén listos para negociar", apuntó.

Además, autoridades federales anunciaron desde Nueva York la incautación del carguero norcoreano "Wise Honest" --una mole de 17.000 toneladas-- por violar las sanciones internacionales al exportar carbón e importar maquinaria.

En la histórica cumbre con Trump en junio de 2018 en Singapur, el líder norcoreano se comprometió a "trabajar por la desnuclearización completa de la península coreana".

Advertencia surcoreana 

Pero las conversaciones se atascaron tras el fracaso de un segundo encuentro entre ambos en febrero pasado en Hanói. Entonces Kim pidió infructuosamente que se levantaran las sanciones que padece su país, a cambio de iniciar una desnuclearización que el Presidente estadounidense consideró demasiado tímida.

Corea del Norte "disparó lo que podrían ser dos misiles de corto alcance" desde Kusong, en la provincia de Pyongan del Norte, indicó este jueves el jefe del Estado mayor surcoreano en un comunicado.

Agregó que los misiles, que recorrieron 270 y 420 kilómetros, eran analizados por militares surcoreanos y por sus aliados estadounidenses.

El lanzamiento del jueves se produce además días después de que Corea del Norte llevara a cabo un ejercicio militar y lanzara varios proyectiles el sábado, entre ellos un misil de corto alcance, según los expertos.

Oficialmente, Corea del Norte no ha disparado ningún misil desde noviembre de 2017, poco antes de una reducción de tensiones que llevó a la cumbre histórica de Kim y Trump. Entonces probó un misil intercontinental capaz, según Pyongyang, de alcanzar el territorio estadounidense.

Los lanzamientos del jueves tuvieron lugar apenas unas horas después de que el enviado especial de Estados Unidos para Corea del Norte, Stephen Biegun, llegara a Seúl para mantener conversaciones con representantes surcoreanos sobre el enfoque a adoptar en las negociaciones nucleares con Pyongyang.

Es la primera visita de Biegun a Seúl desde la cumbre de Hanói.

El Presidente surcoreano, Moon Jae-in, dijo que Pyongyang estaba "muy molesto" porque la cumbre de Vietnam terminó sin acuerdo y que su última postura tenía un "elemento de protesta" y "de presión para redirigir las conversaciones nucleares en la dirección que desea".

Pero señaló: "Cualquiera que hayan sido las intenciones de Corea del Norte, advertimos que podría hacer que las negociaciones sean más difíciles".

"Garantías de seguridad" 

Biegun se entrevistó con su homólogo surcoreano, Lee Do-hoon, este jueves, pero su agenda política completa no ha sido divulgada. Se sabe que el emisario estadounidense prevé entrevistarse el viernes con los ministros surcoreanos de Exteriores y de Reunificación.

Los dos países aliados --Washington tiene 28.500 efectivos militares desplegados en el Sur, para hacer frente a las eventuales amenazas de su vecino del Norte-- trabajan juntos en la estrategia negociadora ante Pyongyang.

Con el disparo de este jueves, "Corea del Norte está enviando un claro mensaje de que no se contentará con una ayuda humanitaria" procedente de Seúl, según Hong Min, investigador del estatal Instituto Coreano para la Unificación Nacional.

Pyongyang "está diciendo: 'queremos garantías de seguridad a cambio de un proceso de desnuclearización'" agregó.

A inicios de la semana pasada, Pyongyang advirtió a Estados Unidos de un "resultado indeseable" si no ajustaba su posición para finales de año, después de tres meses de parálisis en las negociaciones sobre el programa balístico y nuclear de Corea del Norte.

Estados Unidos insiste en que las sanciones solo se levantarán después de que Corea del Norte haya eliminado completamente sus programas armamentísticos.

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