El ejército israelí bombardeó este domingo la Franja de Gaza, donde los combates contra el movimiento islamista palestino Hamás continúan en el norte del territorio y empujaron a miles de habitantes a huir.

La guerra, desencadenada por un ataque de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, no da tregua y ha provocado tensiones en Oriente Medio, con temores a una conflagración del conflicto en Líbano, donde se producen tiroteos casi diarios entre el ejército israelí y el movimiento libanés Hezbolá.

Un corresponsal de AFP informó de bombardeos en Ciudad de Gaza, en el norte, así como en Jan Yunis y Rafah, en el sur del asediado territorio, gobernado por Hamás desde 2007.

Rescatistas y médicos informaron de al menos seis muertos en un ataque aéreo en el noroeste de Rafah, en la frontera con Egipto, donde las tropas israelíes lanzaron una ofensiva terrestre el 7 de mayo, con el objetivo de combatir lo que consideran el último gran bastión de Hamás.

También hay combates en otras zonas del territorio, particularmente en el norte, en el barrio de Shujaiya, en el este de Ciudad de Gaza.

El ejército israelí había instado el jueves a los habitantes de esta zona a evacuar, lo que provocó la huida de "decenas de miles de civiles", según la agencia de Defensa Civil de Gaza.

 

Pánico en Gaza tras constantes ataques

"En las calles, la gente estaba en pánico, estaban aterrorizados", contó Samah Hajaj, de 42 años. "No sabemos por qué" los soldados israelíes "entraron en Shujaiya cuando ya había destruido las casas", añadió.

El cuerpo armado israelí anunció que "eliminó a varios terroristas" la víspera, y que descubrió "armas" y bombardeó "decenas de infraestructuras terroristas en el sector".

La guerra provocó desplazamientos masivos de la población, que sufre escasez de comida, agua, combustible y medicamentos por el asedio impuesto por Israel.

De los 36 hospitales que hay en la Franja de Gaza, 32 han sufrido daños y 20 están fuera de servicio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las condiciones de vida en Gaza, donde la ayuda humanitaria llega a cuentagotas, son "desastrosas", denunció el viernes Louise Wateridge, de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

El conflicto se desencadenó el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas mataron a 1.195 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento de AFP basado en datos oficiales israelíes.

El ejército israelí estima que 116 personas permanecen cautivas en Gaza, 42 de las cuales habrían muerto.

En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya ha dejado al menos 37.877 muertos, también civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás.

Israel busca "aniquilar" al grupo islamista y lo considera, junto a Estados Unidos y la Unión Europea como organización "terrorista".

'Nada nuevo' en las negociaciones -

Las negociaciones para alcanzar un acuerdo de tregua con Israel, que incluya la liberación de rehenes, no registraron ningún avance, indicó el sábado Ussama Hamdan, un alto cargo de Hamás basado en Beirut, la capital libanesa.

El movimiento islamista recibió el 24 de junio la última propuesta de cese el fuego presentada por Estados Unidos, pero esta no incluía "nada nuevo", afirmó.

Un plan presentado a finales de mayo por el presidente estadounidense Joe Biden, que según él había sido propuesto por Israel, quedó en papel mojado ante las exigencias irreconciliables de ambas partes.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quiere seguir la guerra hasta la destrucción completa de Hamás y la liberación de todos los rehenes. El movimiento islamista palestino, en cambio, exige un cese el fuego permanente y la retirada de las tropas israelíes de Gaza.

 

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