Durante el mes de febrero se han confirmado al menos 431 casos y 53 muertes a raíz de una enfermedad sin precedentes que se ha originado en la República Democrática del Congo, lo que ha alarmado a la comunidad científica y a la Organización Mundial de la Salud. 

La enfermedad fue detectada inicialmente en tres niños que, aparentemente, consumieron el cadáver de un murciélago. Según los informes de los expertos en salud de la República Democrática del Congo, las más de 50 víctimas fatales fallecieron durante las últimas cinco semanas. 

La particularidad de este brote es que el lapso entre la aparición de los síntomas y el fallecimiento ha sido de apenas 48 horas en la mayoría de los casos, así lo informó la Organización Mundial de la Salud, según consigna National Geographic.

Estos síntomas, característicos de lo que se conoce como "fiebre hemorrágica", suelen asociarse con virus mortales como el Ébola, el dengue, el virus de Marburgo y la fiebre amarilla. Sin embargo, tras analizar más de una docena de muestras, los investigadores han descartado estos virus como la causa del brote, según señala el medio anteriormente citado.

El brote más grave se ha registrado en la aldea de Bomate, en la región de Basankusu, donde 45 personas han fallecido de un total de 419 infectados.

En febrero se registró un segundo brote con las características de la misma enfermedad en el pueblo de Bomate. 

Hasta el momento, no se han encontrado vínculos epidemiológicos entre los dos brotes según la OMS, lo que genera mayor incertidumbre sobre el origen de esta enfermedad. No obstante, la rapidez con la que han aparecido los casos y la alta mortalidad en algunos de los afectados hacen que la situación sea considerada una amenaza para la salud pública.

Las investigaciones continúan, con un equipo de expertos en la región, recolectando muestras y analizando posibles factores ambientales que puedan estar favoreciendo la propagación de la enfermedad.

Es importante señalar que desde hace tiempo existe preocupación por la transmisión de enfermedades de animales a humanos en regiones donde se consumen animales salvajes. De acuerdo con la OMS, el número de brotes de este tipo ha aumentado en más de un 60% en la última década en África.

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