AFP
Estados Unidos, primer contribuyente en la lucha contra el sida, debe seguir comprometido financieramente, pidieron este domingo los organizadores de la conferencia internacional sobre la pandemia que se abrió este domingo en París.
"Los estadounidenses representan una financiación esencial en este campo y necesitamos que sigan comprometidos", declaró a la prensa Linda-Gail Bekker, investigadora del centro Desmond Tutu sobre el sida en Sudáfrica y presidenta de la Sociedad internacional del sida.
En caso contrario, ello provocará más muertes y un aumento de los contagios, advirtió.
La conferencia de París, que reúne a 6.000 participantes, la élite investigadora mundial, hasta el miércoles en el Palacio de los Congresos de la capital francesa, publicaron una "Declaración de París" para expresar sus temores, antes incluso de la apertura de la conferencia.
"No habrá final del VIH sin investigación ni investigación sin inversiones duraderas", proclamó el texto.
Estados Unidos ha sido históricamente el país que más ha gastado en la lucha contra el sida, con unas sumas equivalentes a más de dos tercios de las inversiones gubernamentales internacionales.
El año pasado, Washington dedicó 4.900 millones de dólares (4.200 millones de euros) a programas de lucha contra la enfermedad, muy por delante de Reino Unido (645,6 millones) y Francia (242,4 millones).
Pero el presidente Donald Trump propone reducir esos gastos en más de 1.000 millones de dólares en el presupuesto de 2018, que se está debatiendo en el Congreso, según cálculos de la oenegé estadounidense Health Gap.
'Mazazo'
Hay que "reducir la financiación de varios programas sanitarios, incluidos algunos que conciernen el sida, teniendo en cuenta que otros donantes deberían aumentar su contribución", escribió Trump en mayo en un proyecto de presupuesto.
Si el Congreso los adopta, esos recortes privarán a 830.000 pacientes, principalmente africanos, de antirretrovirales, unos medicamentos que impiden el desarrollo del virus, considera la Kaiser Family Foundation, una oenegé estadounidense especializada en las políticas de salud. Esa decisión provocará además 200.000 nuevas infecciones, según la misma fuente.
El proyecto de Trump prevé una reducción del 17% de la inversión estadounidense en el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, que será de 1.130 millones de dólares, 222 millones menos que en 2017.
"Estados Unidos representa cerca de un tercio de la financiación total del Fondo Mundial, así que una bajada del 17% de su contribución sería un verdadero mazazo", teme Alix Zuinghedau, de Coalition Plus, un grupo de asociaciones de lucha contra el sida.
Avances
Los planes de Trump también dejan otra incógnita: el presupuesto dedicado al Pepfar, el programa iniciado en 2003 por George W. Bush, que permite que más de 12 millones de pacientes tengan acceso a tratamientos antirretrovirales.
"No hablamos de un simple riesgo de ralentización de la lucha contra el sida: esos recortes presupuestarios podrían causar un verdadero retroceso respecto a los avances que habíamos logrado", insiste Bekker, que considera ese escenario como "una tragedia".
Esos avances han sido importantes en los últimos años. El virus del sida se cobró un millón de vidas en 2016, casi la mitad menos que en 2005, anunció el jueves Onusida, el programa de coordinación de la ONU.
El año pasado, 36,7 millones de personas vivían con el VIH, y más de la mitad (19,5 millones) tenía acceso a tratamientos.
En 2016, donantes públicos y privados juntaron 19.100 millones de dólares para la lucha contra la enfermedad. Serían necesarios 26.200 millones para alcanzar en 2020 el objetivo fijado por la ONU: que el 90% de las personas con VIH conozcan su condición, que el 90% de las personas diagnosticadas con el virus accedan a un tratamiento y que el 90% de las personas que reciban terapia tengan supresión viral.
"Maximizamos el uso de cada dólar disponible, pero nos siguen faltando 7.000 millones", dijo el jueves Michel Sidibé, director ejecutivo de Onusida.