No suele pasar que antes de abrir sus puertas por la mañana, una farmacia tenga una fila de personas esperando ingresar. La escena se repitió hoy en cada una de las 16 farmacias que comenzaron la histórica venta legal de marihuana en Uruguay, la primera en el mundo para uso recreacional, arrancando con una iniciativa que se volvió ley a fines de 2013.
El proceso de compra sufrió algunos inconvenientes en algunos locales, debido a una falla en el sistema de reconocimiento de identidad, que se realiza a través de la huella digital de los inscritos. Aunque finalmente se solucionó, igual hubo algunos que se quedaron con las ganas.
Por cada consumidor, el servicio se prolongaba por cinco minutos, aunque en los casos que hubo dificultades técnicas se estiró a más del doble.
Los interesados podían comprar hasta 10 gramos, que equivalen a dos paquetes $ 4.200 cada uno, un costo que se calcula en cuatro veces menor al precio clandestino. La mayoría, en todo caso, optó por adquirir solo uno.
Cada farmacia tiene como tope de venta dos kilos, un total de 400 paquetes, de los dos tipos de variedades producidas por el Estado: índica y sativa. Su fecha de vencimiento es de seis meses.
Para poder comprar, hay que ser mayor de 18 años, tener ciudadanía uruguaya y estar registrado. Una de las condiciones que existe para ser parte de este listado es que la persona no debe ser parte de ningún club cannábico ni cultivar por cuenta propia, las otras formas de acceder a la droga.
De acuerdo a los últimos datos, 4.959 personas están habilitadas para adquirir marihuana, de las cuales el 60 por ciento reside en la capital “charrúa”. Quienes pueden venderla también son personas que cuentan con la debida autorización.
Entre las restricciones que existen, destaca que el producto no puede estar a la vista y que se encuentre bajo llave.
Debido a los problemas que tuvo el gobierno para lograr acuerdos con las cadenas, los puntos de venta apenas cubren el territorio. Se considera que en Uruguay unas 160 mil personas consumen marihuana y para ellos hay solo 16 centros de venta, de mil posibles. En la actualidad se negocia con otros 20.
El diario El Observador incluyó versiones de algunos de los clientes. "Entrás a la farmacia, pedís marihuana, te preguntan qué variedad y te lo dan, como un remedio más", explicó uno de ellos identificado como Gonzalo.
El dueño de uno de los locales, Sebastián Scaffo, manifestó que se sumó a la iniciativa. "Creo que va a ser positivo y a veces hay que apoyar un poco las cosas", dijo.
Sobre la calidad del producto, quizás lo más importante, El País de Montevideo consignó la opinión de Javier, de 35 años, que se armó un cigarrillo apenas salió de la farmacia.
"De gusto, está bien; ahora veré si pega", reconoció.
