La noticia de que los cubanos ya no serán acogidos apenas toquen suelo en Estados Unidos, a menos que tengan visado, dio la vuelta al mundo.

Sin embargo, el fin de la política "pies secos, pies mojados" decretada por el presidente Barack Obama es sólo una de las partes del acuerdo bilateral que Washington y La Habana anunciaron el jueves.

La contrapartida de este acurdo es que la isla accederá, después de negarse durante décadas, a recibir bajo ciertas condiciones a los cubanos que Estados Unidos desea expulsar de su territorio.

Este punto, que ocupó mucho menos espacio en la cobertura de la prensa mundial, tiene a miles de cubanos "en pánico", como le explicó a BBC Mundo la abogada Idalis Pérez, que atiende desde hace años casos de migración en Miami, Florida.

La jurista indicó que desde que se conoció del acuerdo anunciado el jueves, su teléfono prácticamente no dejó de sonar por las llamadas y mensajes de cubanos que tienen orden de deportación y temen que ahora sí los devuelvan a la isla.

A continuación te contamos qué se sabe de estas deportaciones.

Los 2.746

En el anuncio mismo del acuerdo entre Cuba y Estados Unidos se adelantó que ya existe una lista de 2.746 personas que pueden ser deportadas en cualquier momento.

Se trata de un grupo de cubanos que abandonaron la isla desde el emblemático puerto de Mariel, en La Habana, en octubre de 1980.

Ninguno de esos 2.746 llegó a conseguir la ciudadanía estadounidense y aquellos que permanecen con vida llevan décadas en EE.UU.

   
Decenas de cubanos se quedaron en varios países intentando llegar a Estados Unidos.

Cuba ya accedió a recibirlos en el momento en que Estados Unidos disponga ponerlos en un avión rumbo a la isla.

El gobierno de Raúl Castro también aceptó permitir la devolución de otros "marielitos", como se conoce a aquellos que zarparon hace 36 años, que tengan orden de deportación.

Sin embargo, como señaló el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, "también existe la posibilidad de que los cubanos acepten migrantes fuera de este grupo, pero después de una revisión caso por caso".

El limbo de los "deportados"

Las estimaciones de los abogados con los que conversó BBC Mundo y de otros medios de comunicación en Florida señalan que entre 10.000 y 35.000 cubanos tienen orden de deportación en Estados Unidos.

La cifra es difícil de calcular porque hay cubanos que fueron expulsados en la década delos 80, algunos que fallecieron y otros que se mudaron a otros países.

El abogado experto inmigración Carlos Sandoval, basado en Miami, le dijo a BBC Mundo que "se trata de un problema de décadas y estamos hablando de varios miles de personas".

"Cuando les dieron órdenes de deportación quedaron en el limbo porque Cuba se negaba a recibirlos de vuelta. Se trata de personas que no llegaron a obtener la ciudadanía y perdieron la residencia", explicó Sandoval.

   
En adelante, los cubanos que quieran ingresar a Estados Unidos por cualquier vía deberán tener visado.

El abogado añadió que la mayoría de ellos cometieron delitos relacionados con el tráfico de drogas, violencia doméstica, disturbios o fraudes.

Este grupo debe presentarse una vez al año en las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas para poder acceder a un permiso de trabajo y a la licencia de conducir.

La abogada Idalis Pérez explicó que de esta manera EE.UU. los mantiene monitoreados.

Pérez añadió además que actualmente hay cubanos que están detenidos y ya tienen orden de expulsión.

Explicó que ellos son en este momento algunos de los más preocupados porque temen que puedan ser los primeros en ser devueltos.

Después del 12 de enero

Hay un elemento más en el acuerdo sobre deportaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Si un cubano ingresa ilegalmente a Estados Unidos después del 12 de enero de este año, cuando entró en vigencia la nueva política migratoria, también podrá ser devuelto si Estados Unidos así lo dispone, siempre y cuando no hayan pasado cuatro años entre el momento de su salida de la isla y el inicio del proceso de su deportación.

   

   
La diáspora cubana encontró en Miami su sitio más emblemático.

Las leyes cubanas dicen que si una persona no volvió a la isla después de abandonarla por más de dos años es considerada oficialmente un migrante.

El secretario Johnson afirmó el jueves que Cuba aceptó el plazo de cuatro años durante las negociaciones.

Sin embargo, la autoridad estadounidense señaló que buscarán ampliar estos términos.

"Buscamos llegar a un punto plenamente compatible con el derecho internacional bajo el cual Cuba esté de acuerdo en aceptar de vuelta a todos quienes se disponga que sean deportados por nuestro país", concluyó Johnson.

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