Es jornada de reflexión en España, que este domingo (26.06.2016) repite las reñidas elecciones de diciembre, tras las que los partidos fueron incapaces de formar Gobierno. Está prohibido que los políticos hagan campaña o pidan el voto, aunque se empeñan en salir a correr, ir al cine o a algún restaurante conocido o, simplemente, a algún sitio público para aparecer, como sea, por televisión. Los sondeos pronostican un resultado tan apretado como el anterior con casi un tercio de indecisos.
En el día previo a este supuesto día de reflexión, enrarecido desde que existen las redes sociales, el brexit irrumpió para eclipsar completamente a los políticos. Sin embargo, ha servido de excusa para que, el día previo a la votación, ellos o sus seguidores aparezcan en los medios e inunden las redes para hablar de algo que no sean las elecciones… al menos, directamente. ¿Pero cómo puede afectar el brexit a las elecciones en España? ¿Como hasta el punto de que uno de los principales diarios, ABC, abra su página web con un artículo titulado "El 26-J: una cita con las urnas a la sombra del brexit"?

Ambos remarcaban así la falta de experiencia de mandato en sus oponentes. Además, las políticas de contención del gasto público impuestas por Europa han sido durante meses muy criticadas por las fuerzas de izquierda, sobre todo por el emergente Podemos, el rival a batir por los populares. Su secretario general, Pablo Iglesias, llegó incluso en televisión a sugerir que una de las causas de la gran crisis económica que ha vivido el país era la política de moneda única, que impide recurrir a devaluaciones para potenciar las exportaciones. ¿Se volverán en su contra esas críticas, ahora que hay un precedente de un país que decide salir de la Unión Europea?
Él debe pensar que sí, ya que se apresuró a declarar, tras conocerse el resultado del referéndum por el brexit, que se trataba de "el día más triste para Europa". España era, según las encuestas, el país de la unión en el que más se abogaba por la permanencia de Gran Bretaña. Así que el impacto ha debido ser grande. En cualquier caso, Iglesias no llegó a pedir nunca la salida de España de la Unión Europea, aunque sí del euro.
Independentismo
Lo que sí que ha pedido reiteradamente es la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña y otras regiones con fuertes movimientos separatistas. Por un lado, el brexit ha sido fruto de un referéndum (aunque el Reino Unido es un país soberano, por lo que sería erróneo verlo como una consulta independentista). Por otro, va a propiciar la reedición del celebrado para la independencia de Escocia. ¿Qué conclusiones se pueden sacar? En primer lugar, que es posible la celebración de estos referendos. En segundo lugar, que los resultados pueden ser impredecibles y que, quizá, sea mejor no abrir la caja de los truenos.
El brexit puede dar alas a los independentistas y, en las regiones en las que los hay, a los partidos que están dispuestos a convocar referendos independentistas. También puede restar a estos últimos votos en las regiones donde no hay movimientos independentistas y, de hecho, se rechaza el independentismo. Y eso sólo porque la votación del brexit fue hace dos días. Es difícil pensar que quienes unieron el Reino Unido, construyeron el Imperio Británico y lo mantuvieron con sangre, sudor y lágrimas, vayan a dejar ahora que se desmembre a través de las urnas.
Ley electoral
Que el brexit no es ninguna broma para los españoles lo expresa el dato que la Bolsa de Madrid sufrió el viernes la mayor caída de su historia en un solo día: un 12,35 por ciento. Probablemente es fruto de la incertidumbre en los mercados, más que de la interconexión de la economía española con el mercado británico, del que proceden únicamente el 4 por ciento de las importaciones y al que se destinan el 6,5 por ciento de las exportaciones. Los números y los hechos, a veces, cuentan menos que las percepciones.
Pero eso sólo a la hora de vender acciones o de emitir un voto. A la hora de contarlos, lo que vale es la matemática pura. La ley electoral española se diseñó, durante la transición a la democracia, para fomentar el bipartidismo. La conocida como Ley d'Hont para distribuir los escaños favorece a las listas más votadas. Con un 40 por ciento de los votos se puede obtener casi un sesenta por ciento de los escaños. Además, la distribución provincial de las circunscripciones electorales se estableció para que los partidos con una presencia concentrada en una región obtuvieran también una sobrerrepresentación. Se hizo para contentar a los partidos nacionalistas y regionalistas, con gran protagonismo en la transición.
El brexit, decidido por un 51,9 por ciento de votos a favor, también puede tener en este sentido efecto en las elecciones españolas. Cuando la mayoría es la mitad más uno, puede ser el paso de uno solo el que arrastre a todos en su decisión. El brexit, probablemente, consiga animar la participación en las votaciones. Así, al menos, nadie podrá lamentarse, tras el resultado, de no haber ido a las urnas.