Las tensiones entre Pekín y Washington están aumentando por Taiwán, ante la posible llegada a la isla autónoma de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
Pelosi, la más alta funcionaria estadounidense después del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, ha criticado ferozmente a China durante décadas, mientras apoyaba fervientemente a la oposición de Pekín, incluidos los manifestantes de la Plaza de Tiananmen, el líder budista tibetano, el Dalai Lama, y los activistas prodemocracia de Hong Kong.
La posibilidad de una visita a Taiwán durante la gira de Pelosi por Asia, que comenzó el sábado, ha enfurecido a las autoridades chinas, que recientemente han intensificado sus patrullajes y sobrevuelos agresivos de la zona de defensa aérea de Taiwán mientras realizan frecuentes ejercicios militares. Pelosi no ha precisado sobre sus planes para visitar la isla, pero la semana pasada dijo que era "importante mostrar nuestro apoyo a Taiwán".
¿Defenderá Estados Unidos a Taiwán contra China?
No queda claro hasta qué punto Taiwán podría contar con el apoyo de Estados Unidos en caso de agresión china. Durante décadas, Washington ha mantenido una "ambigüedad estratégica" sobre Taiwán, sosteniendo una relación amistosa con su gobierno sin relaciones diplomáticas formales o incluso reconocimiento como un Estado totalmente soberano. La Casa Blanca ha vendido equipos militares a Taiwán; sin embargo, no se ha comprometido en forma oficial a intervenir militarmente.
Mientras tanto China, que ve la isla como su territorio, ha estado desarrollando planes para recuperarla, por la fuerza si es necesario. Pero eso no significa que Taipei esté completamente indefenso ante un posible ataque del Ejército Popular de Liberación (EPL).
La estrategia "puercoespín”
El riesgo potencial de una invasión china se ha cernido sobre Taiwán durante décadas, el tiempo suficiente para desarrollar un sistema de defensa sofisticado adecuado a su geografía.
Para hacer frente a una potencia gigantesca como China,Taiwán ha adoptado un método de guerra asimétrica conocido como la llamada estrategia "puercoespín", que tiene como objetivo hacer que la invasión sea muy difícil y costosa para el enemigo.
Taiwán ha acumulado gran número de armas y municiones antiaéreas, antitanques y antibuques. Eso incluye vehículos aéreos no tripulados (UAV) y municiones de bajo costo como misiles de crucero móviles de defensa costera, que tienen la capacidad de destruir los costosos buques y equipos navales de China.
Los aviones furtivos de ataque rápido y los barcos de asalto con misiles en miniatura son otros equipos relativamente baratos pero muy efectivos. Pueden estar dispersos entre los barcos de pesca en los puertos de Taiwán. Las minas marinas y los barcos de colocación rápida de minas también podrían complicar las operaciones de desembarco de cualquier armada invasora.
Una defensa marítima de varias capas
Para tomar rápidamente la isla, el ejército de China necesitaría transportar muchos soldados y grandes cantidades de equipos (vehículos blindados, armas, municiones, alimentos, suministros médicos y combustible) a través del estrecho. Esto solo es posible por mar, ya que los puentes aéreos y las flotas de aviones tienen una capacidad limitada.
Taiwán también ha preparado sus ciudades para la guerra de guerrillas en caso de que China logre poner tropas sobre el terreno. Los sistemas de defensa aérea portátiles (MANPADS) y las armas antiblindaje móviles, como los sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS), se pueden utilizar en combates urbanos, mientras que los edificios se pueden convertir en cuarteles.