Su condición sorprendió incluso a los médicos con más experiencia. Se han documentado apenas tres casos en el mundo.
Todo comenzó cuando Abul Bajandar tenía 15 años. Fue entonces cuando al joven bangladesí empezaron a salirle unas verrugas en las manos.
10 años después, las malformaciones eran de tal tamaño, que era imposible verle los dedos, sus manos se asemejaban a las ramas de un árbol.
Las verrugas también aparecieron en sus pies, llegaron a pesar alrededor de 5 kilos y lo dejaron prácticamente inválido.
Complicación y cuidado
Una serie de operaciones, sin embargo, le cambiaron la vida.
A lo largo de 2016, Badanjar se sometió a 16 cirugías para eliminar las verrugas.
"Al principio, las operaciones fueron particularmente complicadas porque no podíamos identificar los dedos. Teníamos que tener mucho cuidado para preservar las arterias digitales", le dice a BBC Mundo Samanta Sen, uno de los cirujanos plásticos que ha estado a cargo del caso.
Las primeras duraron entre cuatro y cinco horas. Alrededor de 10 médicos, entre quienes había cirujanos plásticos y dermatólogos, participaron en las mismas.
Todavía falta
Las cirugías se realizaron en el Hospital Médico Universitario de Daca, la capital de Bangladesh.
El médico le explica a BBC Mundo que Bajandar todavía necesita algunas cirugías cosméticas menores.
"Pero lo más probable es que el paciente sea dado de alta en aproximadamente un mes", refiere Sen.
Y añade: "El tratamiento ha sido costeado por el gobierno. De hecho, el ministro de Salud ha visitado a Abdul en varias oportunidades".
¿Regresarán las verrugas?
Todavía no es posible saber cómo evolucionará Bajandar.
"Con la ayuda de la Organización Mundial de la Salud, enviamos muestras de tejido y de sangre tanto de Abdul como de su familia a Estados Unidos para un análisis que también se realiza en el caso de dos personas más que sufren de la misma condición de Abdul", indica Sen.
El médico señala que están esperando los resultados de las pruebas.
Sólo así sabrán si regresarán las verrugas, que aparecieron en sus extremidades como consecuencia de una enfermedad genética llamada epidermodisplasia verruciforme.
Se le conoce como "enfermedad del hombre árbol", y está causada por un defecto del sistema inmunitario que aumenta la susceptibilidad del organismo al virus del papiloma humano (VPH).
