Una mujer griega de 34 años, sospechosa de asesinar a sus tres hijas en un lapso de tres años, comparecerá a partir de este lunes ante un tribunal en Atenas por este caso que conmocionó a Grecia.
Roula Pispirigou, que está detención preventiva, es juzgada por los cargos de "homicidio voluntario con premeditación" y de "intento de homicidio voluntario con premeditación" por la muerte de su hija mayor.
Es la principal sospechosa del envenenamiento el 29 de enero de 2022 de su hija Georgina, de 9 años, que murió a causa de los efectos de la ketamina, una sustancia utilizada como anestesia en clínicas veterinarias.
La mujer también está siendo investigada por los presuntos asesinados de sus otras dos hijas, Malena, que murió a los 3 años y medio en 2019, e Iris, que perdió la vida con solo seis meses en 2021.
Estas muertes aún siguen siendo investigadas y no se juzgarán en el proceso que empieza el lunes.
Según una fuente judicial, Alexis Kougias, abogado de la acusada, pedirá en la primera audiencia la fusión de las dos investigaciones y que se aplace por este motivo el inicio del juicio.
En el momento de su muerte, Georgina, estaba ingresada en un hospital, donde ya la habían atendido en abril de 2021 tras haber sufrido unas convulsiones que la dejaron tetrapléjica.
Según la acusación, la madre ya había intentado quitarle la vida a su hija.
Malena, la segunda hija de la mujer, murió por una insuficiencia hepática e Iris por un paro cardíaco, según los diagnósticos hechos inicialmente.
No obstante, nuevos análisis médicos, efectuados tras la muerte de la tercera hija, revelaron que murieron por asfixia.
Roula Pispirigou siempre defendió su inocencia y negó cualquier implicación en el deceso de sus tres hijas.
"Medea de los tiempos modernos"
Este presunto caso de un triple infanticidio generó conmoción y tuvo una gran repercusión mediática en Grecia.
La prensa local bautizó a la presunta asesina como la "Medea de los tiempos modernos", en una referencia al famoso personaje del teatro clásico griego.
El gobierno griego lanzó en abril un llamado a la "calma" ante la multiplicación de llamados a asesinar a Roula Pispirigou y pidió a la población que deje que la justicia haga su trabajo.
La mujer - escoltada por un grupo de policías muy bien equipados - tuvo que portar un chaleco antibalas cuando fue trasladada al palacio de justicia de Atenas, poco después de su arresto.
Agentes antidisturbios fueron desplegados ese día alrededor del tribunal, donde se concentró una multitud que gritaba "asesina, reconoce tu crimen".
También hubo protestas delante del domicilio de la sospechosa en la ciudad de Patras, en el oeste de Grecia.
Allí aparecieron pintadas de "muerte a los asesinos de niños".
Parte de la conmoción que genera el caso en el país se debe a la importancia que se da a la figura de la madre en la cultura griega.
"Se trata con una dureza (particular) a las madres infanticidas, ya que seguimos vinculados a representaciones e ideales sobre la maternidad", explica a la AFP la psicóloga y psicoanalista Sophie Marinopoulos, especialista de las madres infanticidas.
"La madre debe sacrificarse por sus hijos y no sacrificar a sus hijos. Es una idea muy arraigada en los países mediterráneos", añade.
"La gente no puede perdonarle que haya asesinado no a una, sino a sus tres hijas, según la acusación, y que lo hiciera en momentos distintos", destaca Effi Lambropoulou, profesora de criminología en la universidad Panteion de Atenas.