Shenzhen una de las mayores ciudades de China, hizo un importante anuncio para el plan alimentario de sus habitantes. Y es que las autoridades de la zona prohibieron estrictamente el consumo de animales salvajes, como también la comercialización de la carne de perros y gatos.

Por eso es que los mercados sólo podrán ofrecer carne de cerdos, vacas, ovejas, burros, conejos, pollos, patos, ocas, palomas y codornices, así como a "otros incluidos en el Directorio Nacional de Recursos Genéticos de Ganado y Aves Domésticas", donde también figuran otras especies como búfalos, camellos o caballos.

Una medida que se ciñe al control del coronavirus COVID-19, el cual tuvo origen en Wuhan, China.

Quienes compren carnes de animales salvajes tendrán que enfrentarse a multas de, como mínimo, 150.000 yuanes (21.130 dólares, 19.320 euros), mientras que quienes los vendan harán frente a sanciones que comienzan en 100.000 yuanes (14.090 dólares, 12.880 euros).

Liu Jianping, segundo al mando de la Oficina de Seguridad Alimentaria del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Shenzhen, indicó: "No hay pruebas de que los animales salvajes sean más nutritivos que las aves domésticas o el ganado. Las especies permitidas para su consumo pueden satisfacer las necesidades diarias de la gente"

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